jueves, 20 de enero de 2011

EL MERCADO DE SAN CAMILO

Referirnos al Mercado San Camilo, es  hablar de San Camilo de Lellis, que  está considerado dentro del santoral católico como Fundador de la Orden de los Camilos, orden hospitalaria dedicada a los enfermos, fue precursor de la Cruz Roja.  Los Camilianos ó Padres Camilos,  es la Orden de Clérigos Regulares Ministros de los Enfermos, o Congregación Ministros de los Enfermos y Mártires de la Caridad. Los Padres de la Buenamuerte, como se les denomina a los Religiosos Camilos del Perú, tienen más de  300 años recorriendo los hospitales, ataviados con su emblemático hábito negro, con su cruz roja en el pecho que brilla como signo de amor, servicio y ternura a los enfermos de escasos recursos económicos.  En Arequipa, los restos de su  Iglesia aun se  vieron  cuando se realizaron excavaciones, para la construcción de tiendas en la plazoleta del Mercado San Camilo. La iglesia y claustros que ocupaban la orden de los padres camilos, no se pudo restaurar después del terremoto de 1868, y se tuvo que derrumbar todo para levantar en ese terreno el Mercado de abastos de la ciudad entre 1905 a 1910, que se mantiene a la actualidad con el nombre Mercado de San Camilo, así lo señala el Historiador Edgar Chalco.
Un  necesario  recordatorio de San Camilo, por su fundador, congregación, iglesia y   centro de abastos que lleva dicho nombre que este año 2011,  celebra sus 130 años de fundación.  La historia del mercado San Camilo  es abundante y curiosa en hechos y circunstancias, y se refiere a  lo que hubo antes,  al  diseñador del  techo, el ser declarado  monumento histórico y donde, más de un  alcalde ha querido intervenirlo para tener notoriedad probablemente. Lo cierto es que, luego de la Plaza de Armas,  San Camilo  era el centro de la ciudad, la gran recoba, todas las líneas de los viejos ómnibus pasaban y querían pasar por allí, hasta el tranvía lo hacía.  Más  para mal que para bien,  generó  un entorno que en el tiempo, se fue  minando y deteriorando;  a  alguien se le  ocurrió  querer privatizarlo, iniciaron dicho proceso y  nunca lo concluyeron,  teniendo como resultando que el mercado San Camilo es de algunos propietarios  y de la Municipalidad Provincial de Arequipa, tanto  en espacios de negocios  como servidumbres.  Hoy,  no se le puede tocar en diseño e infraestructura por ser monumento declarado, siendo esta condición   impedimento para proyectarse  o cambiar de fisonomía, pero nada  impide intentar un nuevo giro.
El mercado San Camilo con 130 años a cuestas, encuentra hoy un escenario que tendría que marcarse en cambiar o morir. Arequipa paulatinamente fue descentralizando sus sistemas de abastos, el palomar, Avelino  Cáceres, Rio seco  y los mercados  distritales  dan cuenta de ese propósito. Se suman a este proceso los  hoy denominados malls, ubicados estratégicamente fuera del centro de la ciudad y que todos tienen departamentos de venta de alimentos y otros, que posee San Camilo. Al margen de presencias históricas, procesos de descentralización y nuevas centros; nosotros,  ciudadanos de toda condición, no debiéramos de renunciar a exigir a todo tipo de proveedor de alimentos y productos; el uso de tecnologías de conservación, almacenamiento, manipulación y expendio, resumido en calidad de servicio y calidad de productos,  que  se inscriben  en el concepto  de la gestión eficiente y competitiva; aquí, en esta relación, gana el consumidor por tener más opciones y depende obviamente del proveedor como posicionarse en este escenario.
El tema del futuro de San Camilo no pasa por lo que hoy muestra y oferta, sino por lo que debería ser,  a la luz de su propia experiencia y sumando una estrategia para  estar mejor posesionado  en el mercado de consumo minorista arequipeño. Un segundo concepto sería, porque tendríamos que acomodamos a San Camilo, conociendo la existencia de variada competencia,  simplemente San Camilo, tiene que acomodar su visión para competir con productos y servicios diferenciados. Nada de lo señalado cabe en la posibilidad de competir sino se tiene  un modelo de gestión empresarial de corte participativo en decisiones, pero gerenciado profesionalmente. El futuro de San Camilo pasa por cambiar esquemas de cultura de emprendimiento individual; si creen que  la decisión colectiva debe de hacerse sobre la base del 95% de mi interés particular,  no funciona para lo que se quiere, en cambio,  una decisión colectiva hecha sobre el 5% de mi interés particular, cobra otro sentido e implicancia. Es necesario entender también, que propuestas en conjunto, racionales e inteligentes, dan mejor resultado en el costo-beneficio individual; San Camilo  visto  como marca, debe de definir mejor sus departamentos y servicios internos; la marca San Camilo, debe de generar a futuro un entorno acomodado en accesibilidad, seguridad, variedad, etc., definiendo así un nuevo paisaje urbano de ese sector del Cercado, demasiado abandonado. El futuro de San Camilo, se asienta también en   detalles,  como,  propuesta   y manejo  del urinario del baño de varones.
Que debiera de salir  y que debiera de quedar en San Camilo; difícil y complicada propuesta pero necesaria para su  permanencia o  salida de mercado. La sección de carnes rojas, pollo, pescado, menudencias deben de salir; no se tiene tecnología de almacenamiento  en frio, su manipulación y expendió no está acorde con lo que debiera de ser esa sección, el hacha, tronco y balanza con truco son historia; el corte y empaque sellado definen la compra. La sanidad exige el valor agregado en las carnes de todo tipo. La sección  frutas es  la mejor expresión de nuestra gran diversidad, las verduras en general necesitan ser mejor manipuladas, conservadas y presentadas. Somos una  cuenca lechera y nuestra variedad  de quesos, yogures, natillas, cuajadas,  definen solos una sección.  El sector de juguerías tiene el reto de ampliar su carta, con componentes agregados para sabor, color y nutrientes, junto,  muy juntos, la sección de sándwich, papas, empanadas, salteñas. Recordando a San Camilo, el benefactor,  en la sección de medicina tradicional,  los herbolarios pueden combinar bien con una cercana sección de mates, tizanas, emolientes y demás hierbas. Otra sección importante es la de panadería, que tendría que fusionarse con pastelería y tortas;  los olores y sabores de San Camilo serán un nuevo distingo, por sus frutas, verduras, hierbas y preparados. Recuperar y relanzar el otrora famoso “Inter”, del segundo piso, con una carta muy propia le debe de dar un nuevo impulso. Las flores y armados, son preferibles para agasajar a alguien y no para nuestros muertitos, tendrían que ir al cementerio y listo. A tanto sol y luminosidad, la sección se sobreros, gorros y demás protectores deben de ser otro distingo para poder recobrar la cultura del uso del sombrero. En fin, son algunos detalles, pero suficientes para darnos cuenta. San Camilo necesita una transformación total, previa evaluación interna y externa hecha profesionalmente y sin apasionamientos, tener el convencimiento colectivo de no temer al cambio,  hacer suyos conceptos de,  calidad  de servicio,  seguridad,  higiene,  presentación,  solo  en San Camilo lo encuentra,  etc.
Esta es una labor necesaria por lo que San Camilo significa para Arequipa, su recuperación y lanzamiento en escenario competitivo vale siempre y cuando se haga profesionalmente, el emprendimiento de los propietarios e inquilinos, tiene que ir de la mano con la apuesta de ciudad que tiene el Municipio Provincial y la cercana participación del Gobierno Regional; experiencias de otros países sobre situaciones similares confirman aptitud de señalar que se puede hacer la tarea.


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