martes, 31 de julio de 2012

DE COLEGIO EMBLEMÁTICO, A COLEGIO MODELO

El Colegio Nacional  Independencia Americana, más conocido como la “I”, ha cumplido 185 años de existencia, ha formando al interior de sus aulas, a más de un arequipeño notable, tal como su himno lo dice “…loor y gloria a  los hombres de antaño…”;  y  a  los hombres  de  hoy,  ¿qué?

Lo que sabemos es que el colegio está ad portas de iniciar la construcción de nueva infraestructura que estamos seguros  será  diseñada por arquitectos que tomen en cuenta aspectos de orden y funcionalidad pedagógica, que sirva para un mejor quehacer educativo, gestión de riesgos, espacios de socialización, entorno, etc. Recordemos que el principal actor es el alumno y todo  debe estar  en  función de ello.
Por  otro lado y después de escuchar las duras críticas al manejo hecho por el Gobierno anterior  en la re-construcción de los colegios emblemáticos, invocamos a las autoridades competentes, a obrar con transparencia y probidad en todo el proceso de la re-construcción de este colegio tan significativo para nuestra ciudad. En este aspecto la población arequipeña debería asumir una actitud  expectante y vigilante también.
La educación, hace mucho que se convirtió en la cenicienta de los manejos estatales y presupuestales;  hoy, después de mucho tiempo, se quiere realizar una labor  en el ordenamiento y manejo del sector, lo que supone acompañar a la recuperación de locales,  capacidades  en  la calidad de  la enseñanza, respeto al magisterio y por supuesto, la mejora de la cobertura educativa. Esto supone que la “I”, deberá  sumar a su nueva infraestructura, un Proyecto Educativo Institucional, a la altura de su tradición histórica y de los nuevos retos que la educación en la región demanda.
Querer ser un colegio modelo, implica la mejora de la gestión institucional y gestión pedagógica, aspecto que reta la capacidad creativa de las autoridades de los órganos intermedios como la Unidad de Gestión Educativa Local, la dirección del plantel, el cuerpo docente y los padres de familia. En otras palabras, la “I” seguirá  siendo un colegio emblemático para Arequipa y deberá ser un “colegio modelo” para las nuevas generaciones. Los logros que alcance esta institución, deberán verse reflejados  en indicadores que den cuenta de resultados, tanto para el Ministerio, padres de familia y sociedad expectante de incorporar a sus  alumnos como ciudadanos.
Siguiendo el discurso del Ministerio de Educación, esperamos que las autoridades no sólo se limiten a la asignación de recursos para la construcción del local,  sino también, que apuesten por la capacitación y actualización del personal docente. La “I”, puede convertirse en un “piloto” para la escuela pública de Arequipa, para lograr esto, todos los actores involucrados en el proceso educativo, deberán hacer su parte; sólo de esa manera podremos lograr, lo que el Proyecto Educativo Nacional plantea en sus tres primeros objetivos: 1) Oportunidades y resultados educativos de igual calidad para todos, 2) Estudiantes e instituciones que logran aprendizajes pertinentes y de calidad, 3) Maestros bien preparados que ejercen profesionalmente la docencia. El sector  educación a nivel regional,  tiene la pelota en su cancha, la ciudadanía  espera  los goles.


miércoles, 25 de julio de 2012

LA AGENDA DE DESARROLLO PARA EL SUR


La agenda  de  desarrollo para el Sur,  necesita ser manejada en el discurso político, como correlato de  la  concertación  de  sectores  sociales,  empresariales y públicos,  comprometidos con una visión compartida para el desarrollo de Arequipa y la macro región sur. Esta apuesta, supone trazar un  derrotero donde lo público,  llámese,  gobierno central, regional y local, sintonice con emprendimientos privados,  sociedad civil  y  población en su conjunto. Se debe entonces, tener claridad de lo que se quiere, del cómo hacerlo, con quienes y en que plazos.
En  un escenario lleno de conflictos como el nuestro, urge la necesidad de estandarizar conceptos y construir  posibilidades incluyentes, considerando la diversidad, como una marca nuestra. ¿Cómo entender al Sur, si éste no se entiende así mismo? Aquí el concepto clave es el de articulación e integración, necesitamos   construir  “ejes articuladores” que no sólo sean viales, sino económicos, productivos, logísticos, de servicios y  formativos;  el  Sur  no está capitalizándose en activos, recursos humanos y tecnología.
¿Qué viene pasando en el sur?,  la  minería  sigue  manteniendo un alto porcentaje de participación en el PBI,  en agricultura, industria y pesca, no se ha crecido como se quisiera; el sector construcción sigue liderando el crecimiento,  junto con servicios, ligados al comercio y turismo; hay una tendencia  hacia la  tercerización de la economía  laboral. En el uso de recursos naturales; mientras nos peleamos por el agua, esta sigue su curso; necesitamos  concesiones  responsables en  minería,  no todo es denunciable; la explotación  del mar debe ser responsable,  el tema del gas y generación eléctrica, pasan por definir nuestra matriz energética, tanto para consumo,  doméstico, industrial, transporte y minería. Por su parte, el  componente de los recursos  fiscales, no logra  ser un indicador que mejore nuestras brechas económicas y sociales; el canon, sobre canon, regalías y contribuciones voluntarias, han distorsionado la gestión pública, no se han establecido  prioridades  en el gasto social; finalmente, necesitamos generar recursos propios y decidir racional y participativamente sobre ellos.
Es claro suponer entonces, que lo que se necesita es posicionar el Sur, para ésta tarea resulta prioritario, la construcción de una agenda para el desarrollo, en la que se tenga claro, infraestructura, equipamiento, políticas sociales, calidad de vida, legitimidad de gestión, capacidades para una gerencia privada moderna y responsable, capacidades para una gerencia social, eficiente y eficaz en el escenario público, capital social, responsabilidad social en el uso de los recursos, en fin…; todo en un modelo que posibilite al Estado, capital, trabajo y ciudadanía, decidir de manera conjunta y hacia un mismo norte.
Lo evidente es que el Sur ha sido olvidado por las últimas gestiones gubernamentales y no ha sabido posicionarse en la escena nacional por la ausencia de liderazgos regionales y derroteros claros; en todo caso, la apuesta por construir una Agenda para el Sur, debe hacerse realidad a pesar de muchos, ilusión de varios y compromiso de pocos. Este 28 de julio escuchemos el mensaje presidencial desde la perspectiva sureña.

miércoles, 18 de julio de 2012

MENDICIDAD, RESPONSABILIDAD DE TODOS


Los  indicadores de pobreza y pobreza extrema en el Perú,  posibilitaron una mejor lectura de la realidad, dejando de lado explicaciones promedio con lecturas estandarizadas que no tomaron en cuenta especificidades que describían y ponían en evidencia un país con  brechas profundas y desigualdades insospechadas.  La focalización como correlato de una mejor lectura de la realidad y como nueva estrategia de intervención por parte del Estado, cobró interés a comienzos de los noventas, al margen de una normativa genérica y de una política y estrategia de Estado, genérica también.

En esta lógica, la gestión pública local a la hora de abordar los problemas de las poblaciones más vulnerables de la ciudad, debería tener también como estrategia la focalización, sobre la base de diagnósticos bien logrados y objetivos de desarrollo claros. Todos sabemos que Arequipa en la actualidad es una ciudad próspera y sin embargo, podemos observar la presencia de niños, ancianos y personas enfermas pidiendo limosna en las calles, parques y puertas de iglesias o instituciones públicas, entonces, si la mendicidad, en sus múltiples y variadas expresiones, es el rostro humano de una ciudad, ¿cuál es el rostro de Arequipa?

Ocultar la existencia de la mendicidad en nuestra ciudad, no ayuda en nada a reconocerla, evidenciarla y por lo tanto, abordarla desde las causas que la generan; las mismas que en la mayoría de los casos están asociadas a la ruptura de lazos familiares, laborales y sociales, es decir, la ausencia de recursos en su sentido más amplio. Esta ruptura lleva a las personas a mendigar ayuda por atravesar problemas de salud, ser ancianos abandonados, niños explotados o mujeres maltratadas.

La mendicidad entonces, necesita ser mirada desde un censo y diagnóstico social para ser intervenida con estrategias claras y compartidas por la autoridad y la sociedad en su conjunto, sólo así, se podrá mejorar las condiciones y relaciones de tipo social, cultural, laboral y familiar de la población que se encuentra en ésta situación. Sólo de esa manera se podrá evitar que sea abordada con actitudes, estrategias y operativos de “limpieza de ciudad”, por razones de no mostrar su existencia. Las poblaciones vulnerables y en riesgo, no solo  implican trabajar con ellos y para ellos, necesitamos trabajar también con su entorno,  y población en general, tratando de internalizar conceptos inclusivos.

En este orden de ideas, para abordar el problema de la mendicidad en nuestra ciudad, la Sociedad de Beneficencia Pública de Arequipa - SBPA, aparece como el “operador” natural,  para lo cual deberá tener una labor eficiente y eficaz en coordinación con distintas instituciones como la fiscalía, el MINDES, Gobierno Regional, Municipios, etc. Está labor deberá basarse en la promoción social y la prevención de situaciones de riesgo en los grupos vulnerables, ejecutando acciones de prevención y educación a la población en general, ofertando servicios de orientación a la población en riesgo y brindando servicios de soporte. Asumamos la responsabilidad social con el Operador.





miércoles, 11 de julio de 2012

MIRANDO LA PROVINCIA DE ISLAY

El sur del Perú, debe adecuar sus estrategias de desarrollo considerando sus potencialidades, conflictos, y oportunidades. Hoy tenemos  la vía interoceánica  con sus tres  destinos, Marcona,  Islay e Ilo;  la costanera de la Punta de Bombón a Ilo-Tacna,  pronto,  Matarani-Quilca-Camaná;  está el  gasoducto, la planta petroquímica, la ampliación de fronteras  agrícolas, como Majes-Siguas II; contamos con destinos turísticos de jerarquía internacional, inversiones industriales,  comerciales,  servicios, etc., a lo que se suma la participación del Estado con el  mejoramiento de infraestructura y equipamiento. Estos emprendimientos  privados y estatales, deben articularse con las demandas de la sociedad civil en una lógica de construir país. El tiempo, la historia y los últimos acontecimientos en Cajamarca y Espinar nos enseñan que el diálogo permanente, la prevención de conflictos y la presencia del Estado, son primordiales para nuestro desarrollo; es mejor lograr sinergias basadas en las responsabilidades compartidas, que intentar solucionar conflictos después que la sangre llega al río.
El desarrollo del país debe orientarse a lograr una mejor calidad de vida para los peruanos, asumiendo esta tarea el Estado, la empresa privada y la sociedad en su conjunto. En esto, las agendas locales, provinciales y regionales, deben lograr estrategias claras con una mirada hacia dentro y otra, hacia las regiones vecinas que conforman la macro región sur.
Pero… ¿cómo encaja la provincia de Islay  en  estos intentos, visiones y gestiones?;  un inventario de su infraestructura, equipamiento y capacidades, nos da una buena lectura para lo que se proyecta y necesita. Islay tiene, el puerto de Matarani con buena tecnología y vocación multipropósito;  un terminal  pesquero artesanal;    agricultura de valle que necesita ser ampliada y que precisa definir su cartera de cultivos, tanto para uso industrial, como de pan llevar; una industria pesquera, y finalmente,  el turismo de temporada, que puede irse más  allá del verano. De otro lado, en la ciudad de Mollendo urge acomodar  su equipamiento  urbano a retos e impactos mayores; así como en Matarani, se necesita ubicar mejor a la población en una lógica de reordenamiento territorial para que tengan un mejor habitad y se pueda ampliar  espacios operativos al puerto.  Visto en conceptos, Islay tiene pesca,  agricultura, turismo,  industria, comercio y servicios, que sumados a su infraestructura vial, portuaria y férrea, da como resultado una buena jerarquía de emprendimiento, posicionamiento y capacidad para aprovechar las oportunidades que se le presentan. 
Islay,  es  una de  las pocas  provincias  de Arequipa, con variados componentes para el crecimiento y desarrollo, cae por su propio peso indicar que el componente minero, está y puede ser  también un valor agregado. Islay,  debe lograr su posicionamiento al ser origen-destino de la vía interoceánica y poder  ser, nodo en la costanera de Tacna a Camaná. Islay necesita comprometer actores con su crecimiento y desarrollo, y que estos,   asuman gestiones y decisiones inteligentes, levantando la mirada, hacia el escenario de la macro región  sur del Perú. Lo cantaba Serrat “…el Sur también existe…”, pero debemos creerlo,  nosotros primero.

miércoles, 4 de julio de 2012

BRASIL: LA INTEROCEANICA, OPORTUNIDAD PARA NUESTRO DESARROLLO

Dilma Rousseff; Presidenta de Brasil, visitará próximamente nuestra ciudad, dicha presencia nos lleva a pensar en la relación existente con este país;  el posicionamiento económico de los cariocas y nuestros propios objetivos y estrategias, hace que nos veamos mutuamente para entender, quienes somos, que tenemos, que nos falta, que queremos y en virtud de todo eso, que podemos hacer de manera conjunta.
El Perú, como muchos países de Sudamérica, tiene una geografía heterogénea, diversa, poco accesible y rica en recursos de toda índole. En Latinoamérica se ha insistido  en la  integración a partir de la premisa,  “la competitividad se garantiza con el desarrollo de la infraestructura”; es por esta razón que encontramos una serie de propuestas promovidas por organismos multilaterales como el BID, la CAF; la iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA),  busca la integración y articulación  física del territorio. Es bueno saber que IIRSA, es un plan impulsado por doce países sudamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, etc.), para unir la infraestructura de la región en diversos ejes, conectando proyectos de transporte, energía y telecomunicaciones; involucrando aspectos económicos, jurídicos, políticos, sociales, culturales y ambientales. Dicha iniciativa se lanzó durante la 1ra Reunión de Presidentes Sudamericanos realizada en Brasilia el año 2000, es aquí que nace la Carretera Interoceánica, que viene de Brasil a Iñapari,  de allí va Puerto Maldonado, cruza la Macro  Sur, para así  llegar en tres ramales a,  Marcona, Matarani e Ilo.
En un inicial balance de las implicancias de la Interoceánica, Brasil tiene las mejores posibilidades de uso de esta vía: objetivos claros respecto de su imagen país, posicionamiento, economía fuerte, territorio extenso y de hecho una población acorde con sus proporciones, esto lo convierte en un socio estratégico, tanto para comprarles, como para venderles; además, importa obtener  beneficio de su comercio con el continente asiático, sobre todo con China.

En este marco y mirando nuestro sur, se  evidencia carencias como,  falta de integración cultural, social y económica; carreteras desoladas que cumplen solo con el objetivo de unir puntos, pero que reclaman la existencia de elementos que dinamicen la vida económica, productiva y social de la poblaciones circundantes; en otras palabras, tener una propuesta vial que se enmarque en objetivos de desarrollo local, regional y nacional. Estas  vías  replican el esquema de fronteras nada vivas, que traban el crecimiento y desarrollo. Poco se ha avanzado en promover fronteras  acondicionadas, atendidas y con capacidades de impulsar  economías competitivas.
En este contexto, se hace importante transformar el sur del Perú, es preciso que el  Estado,  en sus instancias regionales y locales, lidere el proceso, donde todos los actores asuman de manera proactiva sus responsabilidades, intereses y beneficios; necesitamos un sector empresarial que invierta y evidencie responsabilidad social,  una sociedad civil que demande, proponga y vigile; es decir; se requieren actores comprometidos con visiones compartidas de crecimiento y desarrollo, todo dirigido  a mejorar las  condiciones y calidad de vida de esta parte del Perú.