viernes, 20 de marzo de 2015

UNA TENTACION LLAMADA TURISMO





En la cátedra universitaria solía decir hace más de una década, el turismo necesita profesionalizar su gestión en todos los niveles, tiene que dejar de ser empírico. Su  crecimiento e importancia,  provocó por ejemplo, la creación de la carrera profesional en  universidades; era de esperarse en la  gestión  turística, una sustentabilidad sostenible, un anhelo valido.
Hoy los indicadores nacionales de turismo van bien, pero los nuestros, no tan bien, ¿Por qué? Tenemos una  ley general de Turismo, capacidades y competencias de promoción, protección, regulación y operación,  reglamentos para  hoteles, restaurantes, agencias, guías, transporte, etc., pero aquí parece que falta, “tener acuerdos concertados” entre las instancias del Estado, operadores privados, centros de formación  en turismo, Colegio profesional, etc. la creación de una “Mesa de Desarrollo del Turismo en Arequipa”, debe de implicar la  desactivación de autoridades autónomas y pretendidos entes gestores. La estrategia a tomar en cuenta  debe de ser,  “la construcción de plataformas vinculantes” entre  Cultura, Ambiente y  Turismo,  este es uno de los  referentes obligados  para el  manejo del sector.
La Mesa de desarrollo…., no puede  nacer por ordenanza, sea municipal o regional, no debe de tener el defecto de las autoridades autónomas, ni los riesgos de los entes gestores. Su iniciativa y composición para hacerla sostenible, debe de basarse en la legitimidad de sus actores, quienes deben tener capacidad de construir una visión compartida y legitimar  su gestión con  acuerdos consensuados. La  Mesa debe de generar aplicables para competencias públicas e iniciativas privadas;  debe basar su autoridad en la legitimidad de sus actores y su gestión concertada, ese debe ser  el compromiso. Evitar los  lobbys e intereses subalternos, es consigna clara en ruta turística.

UNA MESA DE DESARROLLO PARA ISLAY




Nuestra democracia participativa, planteada sobre la base de una normativa, y no necesariamente  sobre buenas costumbres, nos indica  que  disponemos de  instrumentos de “gestión participativa” a nivel de ejercicio ciudadano; para el caso nuestro tenemos: presupuestos participativos y licencias sociales. Una tiene que ver con la gestión de gobierno regional y local, la otra con propuestas de inversión.
Hemos aprendido que mejor es prevenir que lamentar, traducido en gestión pública, necesidad de tener una política referida a  prevención de conflictos, que  solución de los mismos; en ese sentido, la estadística es larga y da cuenta de muchas  inconsecuencias;  mejor  es  verlo desde lo técnico, pero siempre  se lleva  al tentador terreno de la política, donde no hay costo-beneficio, tan solo, a ver que sale o saco. Otro indicador clave; “es  su competencia y no la nuestra”, no tenemos  nada que ver; decirlo así no es  aconsejable, competencia o no, obliga a hablar y referirse al concepto de territorio, o sea, “si  compete por visión y desarrollo del espacio-territorio nuestro”.
Finalmente, una mesa de desarrollo para Islay tendría que contar con los siguientes actores: GRA, MP. de Islay, M. Distritales,  representación de trabajadores en producción y servicios,  representación de empresarios en producción y servicios, representación de gremios en producción y servicios, de ser necesario para casos especiales, el Gobierno Nacional a través de su Ministerio respectivo, así como, Instituciones u organizaciones debidamente legitimadas por lo que son y lo que representan. A esa “mesa de desarrollo territorial” hay que darle todos los elementos y condiciones, y lo que en ella se decida,  será legitimado por lo que es y representa, nadie se impone. Palabra mágica, consenso.