El turismo es una actividad económica reciente en nuestro país, su construcción, proceso y dinámica le marcan una prioridad y posicionamiento, en estrategias y agendas, tanto de gestión pública como de emprendimientos privados. El sur del Perú se precia de ser un escenario turístico muy bien dotado de recursos, atractivos y destinos, y nuestra región, poco a poco va generando su propia expectativa. Arequipa: destino turístico, pasa por una evaluación y jerarquización, análisis de competencia y posicionamiento, esa posibilidad debe de ser priorizada en la agenda para el desarrollo.
Perú, el país de los Incas; instituciones públicas y privadas encargadas del área de promoción, así lo propusieron y así lo han vendido. En esa lógica, Cusco y Machu Picchu son su mejor expresión y todo lo que tenga esa relación cumple el propósito; agregando, que somos una cultura que todavía no ha sido mostrada al mundo en otras dimensiones. El tiempo, en la óptica turística, empezó a demostrar que no podíamos quedarnos con un solo producto y había que diversificar nuestra oferta y esa estrategia comenzó a dar frutos paulatinamente. Hoy ofrecemos a un Perú diverso que se expresa en varios tipos de turismo y que responde a variados segmentos de consumo.
En el escenario nuestro, importa saber cuál es la situación de Arequipa en este proceso; nuestro primer referente fue el Monasterio de Santa Catalina, visto y admirado a partir de los años setenta, luego el proyecto Majes, nos permitió descubrir para el turismo, al cañón del Colca, gracias también a unos polacos que hicieron canotaje y divulgaron su presencia al exterior, ese fue su buen inicio. El tema empezó a sonar y nos dimos cuenta que teníamos otro cañón, más profundo que el Colca y estaba en Cotahuasi, no satisfechos con estos descubrimientos y siguiendo con una lectura geológica, aparece el valle de los volcanes, otra curiosidad volcánica. Indudablemente que hay otros recursos y atractivos, pero para el caso nos quedamos con los señalados.
A cada atractivo se le pegó una idea fuerza; para el cañón del Colca fue el cóndor, al Monasterio de Santa Catalina, Arequipa religiosa y mística, a Cotahuasi, más profundo que el Colca, siendo este reconocido luego como el más profundo del mundo; el valle de los Volcanes como una expresión geomorfológica inédita; en fin, a cada atractivo se le pretendió vender diferente. Pero, los que venían al Perú, buscaban lo Inca, expresado en cultura, arqueología, historia, etc. Para el caso, Arequipa presentaba inicialmente, una ciudad y un producto de origen hispano, luego incorpora al Cañón con una lectura geológica, más el cóndor como presunto símbolo y seguimos con más evidencias geológicas. No está mal, pero el tema era que no vendíamos Arequipa como hubiera sido preferible, sino, ciframos expectativas de los revotes del Cusco y Puno, que precisamente no venían por lo mencionado.
Viendo el tema hoy, y en la pretensión de darle importancia en la agenda para el desarrollo, es que debemos de reconfigurar nuestra estrategia para Arequipa, como destino turístico. Arequipa es una cultura viva de 8 mil años; en donde su geografía, geología, flora, fauna, están ligadas a la agricultura, ganadería, pesca y minería; de otro lado, sus expresiones culturales van con su música, danza, vestir, festividades y calendarios, culinaria y gastronomía, expresiones artísticas, y hablar propio. Aquí, encontramos procesos que vienen de lo pre inca, inca, colonia y república, formas autenticas y fusiones más pegadas a lo nuestro que lo incorporado. A estas expresiones de recursos y atractivos debemos de sumarle, infraestructura, equipamiento, soporte logístico, formación y personal capacitado para servicios turísticos; dejo al último como agregado, que somos además, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La estrategia para la agenda tiene que estar con arreglo a conceptos, el valle del Colca es un concepto que debe incorporar: cañón, geología, flora, fauna, paisajes, habitantes, actividades, costumbres, o sea, cultura viva. Cañón de Cotahuasi incorpora: valle de Majes, petroglifos de Toro Muerto, valle de los Volcanes y puestas en valor en todo el recorrido. Santuario de Mejía incorpora: Mollendo, valle de tambo, playas, costanera a Ilo y costanera a Quilca, islas loberas y caletas. Arequipa incorpora: patrimonio, eventos, gastronomía. Región Arequipa incorpora para un escenario sur peruano: negocios, comercio, plataforma de servicios y formación, capital económica del sur.
Finalmente, desde la óptica de los segmentos, en turismo se puede construir estrategias sostenibles. Turismo histórico, cultural, eventos especiales, patrimonio cultural y natural, ecoturismo, aventura, vivencial, etc. Turistas extranjeros y nacionales, masivos para algunos destinos y selectivos para otros. La economía del turismo es una buena generadora de empleo diverso; nuestra oferta de recursos y atractivos es más de lo que presumimos; la infraestructura, equipamiento y capacidades está en proceso de mejoramiento a estándares internacionales. En fin, La estrategia va por ofertarnos a demandantes segmentados, que por hoy, son pocos todavía.
La Marca Turística de Arequipa tiene que ver con la Ciudad de los Eventos, la Mejor Gastronomía Regional del Perú, la Capital de la Acuarela del Perú y por tener también, el Día de la Región Arequipa, que nos ha de propiciar el encuentro de todas las provincias con todas sus expresiones en la capital de la Región. Parafraseando a Vallejo, lo mucho por hacer, hay que acordarlo bien, para hacerlo bien.
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