jueves, 31 de marzo de 2011

LA INCERTIDUMBRE POLITICA


Este proceso electoral, elección  para Presidente  y Congreso de la República,  marcan un derrotero  sobre ubicaciones,  ideologías,  pretensiones, alianzas,  cercanías  y lejanías, con quien sí  y con quien no, o simplemente,  ser pragmáticos.  La dinámica  actual vista en el escenario de los procesos,  la vamos entendiendo  por las  muestras de renovación en muchos conceptos de la política, hoy, llevados de la mano por  nuevas formas de pensar, tratar y manejar, visto desde nuevos  teóricos, nuevos  políticos   y  obviamente, la  presencia  fuerte de una técnica reciente que es el marketing  político. Por ello creo que, pretender “soldar” conceptos  en  la  idea  que  se queden por los siglos de los siglos amen, no debería ser;  estos tienen que  ser dinámicos y dialécticos.
Un primer campo de análisis son las denominaciones, Izquierda, derecha y centro;   estas   tienen un reconocimiento  histórico, categorías como clases   sociales, tan duras y rígidas en su denominación de  alto,  medio  y bajo, se abren a conceptos más  específicos como  segmentos, estratos y grupos; así mismo, los partidos políticos van encontrando otra fuente y propuesta a través de los movimientos regionales y locales, que se  presentan como esencia o simplemente como masa electoral.  En todo caso usar conceptos  como  conservar, mejorar o cambian, tienen en sí   otro referente,  es  ser  liberal, reformista o revolucionario, esto  es cuestión de verbo  y  acción, por lo visto,  la mejora y reforma van en pico de opción.
También se incluyeron  categorías como sistema y anti-sistema;  conceptos  usados  en  la campaña que refieren al sistema capitalista. Tiempo atrás  políticamente,  el mundo presentaba una bipolaridad, los países del sistema capitalista y los del sistema socialista;  muchos países de la órbita  socialista que marcaban la pauta cayeron y dieron una lectura diferente a la  política  mundial, inicialmente bajo la hegemonía de EE.UU,   y  recientemente bajo el poderío de los conglomerados continentales, todo este proceso marca una unipolaridad respecto del sistema, esencialmente  capitalista.  Es de entender que  la  disyuntiva de sistema y anti-sistema se presenta con una  mirada hacia atrás y un presente que algunos quieren hacerlo eterno. Indudablemente que el futuro no  tiene,   una  visión en otra perspectiva.
Algo que llama mucho la  atención  es, la dictadura de las encuestas,  medios,  titulares  y portadas, que sugieren  otra lectura del escenario electoral. A decir de Sinesio López, reputado Sociólogo, utiliza este menú de conceptos: hay una tensa dinámica electoral hacia los polos (izquierda nacional abierta al mundo global y derecha empresarial transnacional, que debilita al centro derecha).  Distingue tres momentos: el escenario de la ultraderecha y de García con Castañeda y Keiko Fujimori  como favoritos; el escenario de la derecha con Toledo en la cancha y el tercer momento es el de Ollanta (izquierda nacional abierta al mundo) y PPK ( derecha empresarial transnacional);  concluyendo que  la vacuidad política y la falta de credibilidad de la centro-derecha y de los candidatos de la ultraderecha han inducido a la polarización electoral, por lo tanto a mayor polarización entre la izquierda y derecha mayor debilitamiento del centro.
Si hemos de sujetarnos a la muestra de un universo a partir de las encuestas de opinión sobre intención de voto, cerca del 70%, en promedio ve en el “centro político”, una opción, que responde al modelo económico que se viene ejecutando desde hace varios años en nuestro país,  entiéndase Fujimori, Toledo y García.  Ollanta Humala con un 20% aproximado,  no tuvo más remedio que moderar su discurso y propuesta ubicado  a la “izquierda” y  acercarse al “centro”, justamente donde está la opción mayoritaria del electorado. Por las cifras referenciadas en las encuestas nadie gana en primera vuelta, la segunda se presenta con la disyuntiva del sistema y anti-sistema;  a decir de Sinesio López  en  una reinterpretación. Creyera  por  lo  visto y a la luz  del proceso socio-económico y coyunturalmente  electoral, que  la  política  de crecimiento debe de dar paso a la de desarrollo para lo cual el modelo seguido necesita ser  mejorado y reformado en contenidos que den cuenta de un efectivo camino a cambiar  nuestras condiciones  económicas, de producción, sociales, culturales y capacidades, dando  muestras  que las cifras macroeconómicas en azul  se acerquen al piso, diciendo  soy realidad.

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