Los días pasan inexorablemente y las elecciones del 10 de abril, marcan una meta que en términos electorales, debe de tener como resultado que lo que elijamos, responda a lo que se quiere y necesita; desde la perspectiva de los electores, proponemos para el debate nacional, una agenda priorizada que tome en cuenta un escenario tan diverso que se expresa espacialmente en regiones, provincias y distritos; el Perú tiene pendiente una lectura múltiple de necesidades históricas insatisfechas y también de amplias posibilidades, una vez más insistimos que este sería un buen momento para repensar estrategias y visiones, enrumbando al país en crecimientos y desarrollos sostenibles.
Un primer concepto para los candidatos está referido justamente a crecimiento y desarrollo; cuál es la frontera del crecimiento y en qué momento pensamos en desarrollo. El crecimiento puede tener la energía de la cantidad, del más y más y pretender dar cuenta de la sumatoria de cosas como expresión de fortaleza; obras y más obras, cemento y más cemento. El tiempo resulta un buen indicador de estos conceptos, ver y pensar sólo como presente nos hace tener la vocación del crecimiento y convertimos al presente en un eterno presente y así perdemos perspectiva, en esa lógica hacemos del gasto una rutina de gestión y vida. Pensar en futuro, en cómo moldeamos el crecimiento e invertimos en mejorar nuestras condiciones, capacidades y calidad de vida, es empezar a creer en el desarrollo; los dos conceptos no son contrapuestos, no hay una valla que marque su frontera, pueden caminar juntos, pero una visión clara define mejor sus impulsos y sostenibilidad. Muchas veces el que quiere ser político, pensando en su elección, genera un discurso sobre el desarrollo y termina haciendo gestión del crecimiento y si tiene un poco más de presupuesto se engolosina gastando a diestra y siniestra.
Los escenarios señalados líneas arriba, los priorizamos en función de una agenda; solo mencionamos las líneas maestras de una estrategia que tiene que ver con: consolidar la política económica haciendo sostenible el crecimiento del PBI; la atención a regiones y provincias necesita ser integrada y articulada hasta el distrito con mejoramiento de coberturas de salud, educación, servicios básicos con metas acomodadas a estándares internacionales, lo cual significa extender el brazo del Estado hasta el distrito. Los TLC con países, que es parte de una estrategia de ordenamiento internacional, deben de tener la contraparte de desarrollos hacia dentro. El 2011, debe de ser el inicio del quinquenio de la infraestructura y equipamiento; los fondos provenientes del canon minero, aportes voluntarios e ingresos extraordinarios deben de ser destinados básicamente a integrar y articular mejor al país para hacer posible un desarrollo sostenible: las pistas y autopistas, vías férreas, puertos, aeropuertos, puentes, energía, reserva hídrica, afianzamiento de cuencas, comunicaciones, etc., deben de estar priorizados en las escalas espaciales señaladas. El sur del Perú con la interoceánica, debe tener nodos y elementos que se articulen e integren en trazo de recorrido tanto transversal como longitudinal. Arequipa, Moquegua y Tacna, necesitan concertar una política de afianzamiento de cuencas con fines de construcción de reservas de agua alta e intermedia y así crear el sistema interconectado de recurso hídrico y generación de energía, tal como existe actualmente en red de energía eléctrica y muy pronto de gas. En los escenarios regionales necesitan entender mejor sus competencias a fin de tener participación más efectiva y eficiente en gestión de recursos y estrategias.
Una agenda priorizada tiene que tomar en cuenta la siguiente lectura de nuestra realidad: no tenemos una política de largo plazo en materia de competitividad, no tenemos un rumbo definido, el crecimiento no ha beneficiado a la mayoría de la población, que nuestra ilusión exportadora se basa en materias primas y sus buenos precios pero no exportación de productos con valor agregado, tenemos atraso en invención y tecnología, no se crean nuevas empresas sino que se compran negocios, hay dificultades de baja productividad, pésima educación, deficiente sistema de salud y debilidades de infraestructura, finalmente, están los temas de corrupción, burocracia y derechos; lo señaló Michael Porter recientemente en Lima. Necesitamos que nuestros candidatos a la presidencia y congreso debatan esta agenda y nosotros decidiremos.
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