miércoles, 13 de abril de 2011

OLLANTA Y KEIKO, DILEMAS ELECTORALES

El resultado electoral del último 10 de abril evidencia  nuevos retos  en una lectura de país que para  propios, extraños,  crédulos  e  incrédulos  marca un referente;  sobre este hecho salen a la luz  una serie de interrogantes  y  posibilidades, veamos algunas: que pasará con  nuestra aun frágil democracia,   en qué nivel  se encuentra  nuestras relaciones políticas, económicas, sociales y culturales;  como  construir política y ciudadanía sobre la base de  legitimación, hegemonía y autoridad.  Cuán cierto es la tendencia a una  polarización política, o  evidenciar de otro lado,  una  intención  cada vez  más fuerte  a un centro político, que pone como condición de entrada,  estilos y estrategias que tengan que ver con consensos y acuerdos;  como acercamos  la azul macroeconomía  de vitrina y titulares, a una   economía   sin precariedades  ni sobrevivencias, tanto a nivel  del  trabajador,  la familia,  así  como de empresas sobre todo,  pequeñas y medianas;  como hacer que crecimiento y desarrollo sean  estrategias   compatibles,   electoralmente  generan discursos del desarrollo y terminan  haciendo  gestión del crecimiento,  sencillamente porque les interesa las cifras, lo cuantitativo y no la calidad de vida, por decir uno,  de muchos indicadores.  No creo que se trate de borrón y cuenta  nueva, el reto está definido entre Ollanta y keiko y los dilemas electorales necesitan  tener derroteros  en la política, economía y sociedad.
En América latina, en los últimos años, el mapa político ha dibujado espacios que debieran entenderse  como  la  presunta  heredad de  lo que ideológicamente fue  la Cuba  de Fidel  respecto de  EE.UU.  Los casos de Venezuela,  Brasil, Bolivia, Ecuador, Argentina  y algunos centroamericanos  (el orden no prioriza nada),  generaron la expectativa de un nuevo discurso  con  viejos temas.  La avanzada de este   nuevo  prospecto ideológico  latinoamericano, tuvo resistencias de otros  emprendimientos,  caso  Chile, Colombia, Perú; en  todo caso, la  virtualidad comunicativa no  toma en cuenta  fronteras  de control de mensajes ideológicos y de alguna manera se pretende estandarizar  categorías  como si todos fuésemos  iguales en pensamiento  y acción. América Latina, históricamente, ha tenido otro tipo de expresiones que la marcan en escenarios propios y  mundiales y que no significa que lo actual  tenga  el corte de lo inédito e innovador.  Hoy,  en nuestro país,  lo que nos viene ocurriendo no tendría que  ser  cosa   de  otro mundo  desde la perspectiva de la política;  la idea no es cerrarnos a cualquier expresión ni pretender que lo nuestro sea lo único y último. La crisis de los partidos va teniendo sentido cuando los Estados obvian las intermediaciones con la sociedad civil y pretenden  operar directamente  con la ciudadanía. Los partidos reclaman sus espacios dando la idea  que se los han arrebatado, cuando son los movimientos locales y regionales con reivindicaciones muy puntuales  quienes crean sus propios espacios participativos en política y ciudadanía; es de entender, por supuesto,  que la vieja guardia partidaria se apreté ante esta arremetida y ante nuevos espacios generados por juventudes,   usuarios,  consumidores,  gremios y sectores laborales,  quienes  están hábidos y prestos  de tener contacto con la política y así  querer identificarse como ciudadanos participantes.
En esta  recta final  del proceso electoral, llamada segunda vuelta,  llama  la  atención  situaciones que vamos   superando poco a poco y ello marca una  tendencia.  En las últimas elecciones regionales  y municipales, fueron los movimientos locales y  regionales  quienes   mayoritariamente ganaron las elecciones; hoy partidos de vieja  guardia y media vida,  sienten  la arremetida de alianzas y  recientes  partidos.  Hoy  se usa conceptos de sistema y anti-sistema, modelos vigentes y  cambio de modelo, utilizan indiscriminadamente conceptos como nacional, nacionalismo, nacionalista, no se sabe si  desde  la  óptica cultural, patrimonial  o  política. Son expertos  discurseando  estrategias sobre QUE, y no intentan ilustrarnos sobre  COMO hacerlo.   La primera  vuelta,  llena de  frivolidades  y titulares con encuestas, debe de ceder paso a contenidos y estrategias de una agenda que el electorado espera de los dos candidatos.   El sur del Perú, los espera para dar a conocer nuestros propios temas y escuchar de ellos propuestas,  el norte, el oriente y Lima  finalmente, debieran de replicar este buen ejemplo de debates descentralizados, ganamos todos en este dilema electoral.


No hay comentarios:

Publicar un comentario