jueves, 25 de abril de 2013

COMPARTIR UNA VISION DE DESARROLLO


Compartir, implica la idea de participar en algo. Compartir una visión de desarrollo, sería el indicativo de acción del verbo señalado. Quienes deben compartir: el Estado, los Empresarios y los trabajadores. Estos tres actores, pueden crear esta visión compartida del desarrollo, sí. ESTADO-CAPITAL-TRABAJO, es una trilogía que en base a sus capacidades, emprendimientos y gestión, pueden posibilitar y  generar rutas que nos hagan crecer y desarrollarnos como región y país.
Pensemos en el Estado. Es necesario trabajar con un criterio diferenciador  respecto de sus fuentes de financiamiento, nos referimos a fondos del tesoro, fondos del canon y aportes  voluntarios, por ejemplo; estas tres fuentes no tienen  el mismo soporte sostenible, no siempre han estado las dos últimas y sus montos varían y distorsionan ejecuciones presupuestales. También importa diferenciar los proyectos, unos son para  promoción, otros para crecimiento y pocos van encaminados para el desarrollo. El mejoramiento de las coberturas tiene que tener la claridad de las prioridades, allí el distrito tiene la prioridad, las provincias con distritos la segunda y por último la  Región. Los roles, funciones, competencias y sinergias, deben de tener una clara definición y su alcance va a todas  las instancias; el gobierno central debe  tener el perfil propicio para las inversiones, estabilidad y capacidad operativa; el gobierno regional, debe ser un promotor de inversiones, sabe lo que tiene y donde, además,  tener una gerencia social con visión del desarrollo; para el gobierno local, la calidad de vida es su objetivo, por eso, los servicios, deben de ser su vocación.
El concepto de inversiones  no solo es potestad  del sector privado  empresarial, lo es también del sector público, el  Estado ha aprendido que no todo es gastar, invierte también, y en el privado no todo es inversión, tiene que gastar también. El tema está,  en que  invertir y en que gastar; no creo que debiera ser, que la empresa privada  invierta y el sector público gaste. El tema de los retornos debe de estar claro en una agenda para el desarrollo, sobre todo cuando se incide en una estrategia de inversiones. Invertir  para ganar está en la lógica privada; el propósito, además, debe de estar en  cómo invertir para tener una “ganancia social”, eso solo puede ser posible pensando en una relación ESTADO-CAPITAL, eficiente.
Inversiones  en  etapa de crecimiento  económico, tienen sentido de parte del Estado,  las estrategias  necesitan ser más coherentes en relación, no solamente al equipamiento e infraestructura, sino además, a capacidades, estabilidad, escenarios adecuados, responsabilidades compartidas, actores comprometidos, espacios para acuerdos y consensos, credibilidad institucional, tanto pública como privada;  estas  estrategias  tienen  que ser  producto de visiones compartidas.  De otro lado, los instrumentos de uso democrático como, presupuestos  participativos, licencias  sociales y consultas previas, deben de tener  la  prerrogativa de la adecuada información y manejo de la misma, para  así  ser parte  de una decisión que tiene que ser compartida responsablemente por todos los actores implicados.
El crecimiento económico, las inversiones, las estrategias referidas a la innovación, productividad, competitividad, tecnología, tienen mucho que ver con las capacidades y ese si es un requisito imprescindible para cualquier emprendimiento. La fuerza laboral ya no es asumida como un componente más, es necesaria, pero vista  por sus capacidades. La formación, la educación para el desarrollo, aparece hoy como requisito y necesidad, tarde se dieron cuenta de esa olvidada estrategia, pero nunca es tarde a pesar de los años de atraso nuestro y de la delantera de otros. La inversión del Estado y la Empresa en la formación de capacidades es prioritaria. Las lecturas clásicas de la PEA,  tienen hoy referentes propios de la época; la meritocracia es un indicador de requisito y la acreditación, aparece como obligación para los formadores en el trabajo.  El mercado laboral importa mucho en estrategias de crecimiento y desarrollo económico; nuestra producción y servicios lo requieren, pero capacitados.
Finalmente, nuestra visión del desarrollo, tiene  que ver con el gasoducto, la petroquímica, una  agricultura moderna, hidro-energía para la exportación, una minería con valor agregado, que obviamente genere  más  ingresos y oportunidades, la pesca, turismo….  importan mucho en el cambio de matriz productiva. Necesitamos tener una infraestructura vial  y portuaria  con  posibilidades de buen soporte futuro, una región que se articule e integre a mercados competitivos, tener un escenario propicio para acoger a nuestros jóvenes en una sociedad del conocimiento, servicios y tecnología; finalmente, la construcción de  la  “marca región” y otras, nos distinguirán y “marcarán”  definitivamente. Este es el escenario que necesita ser compartido, ESTADO-CAPITAL-TRABAJO, es la trilogía de las posibilidades, pensando en el futuro.

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