No estoy seguro de referirme a la seguridad ciudadana si es que no determino su escala, competencia, táctica, estrategia, vocación, intención, etc., no estoy seguro de hablar de seguridad ciudadana, si es que dejo de pensar en todos o en mí mismo, no estoy seguro de vivir en esta ciudad si es que no imagino la seguridad ciudadana de todos, no estoy seguro de el tema de la seguridad ciudadana, si es que no tengo idea de como abordarla y si ese, es el camino correcto; finalmente, haré el esfuerzo e intentaré ver el tema de la seguridad ciudadana, de una manera segura para entenderlo y pretender así estar más seguros. Ojala.
La Seguridad ciudadana, es un concepto que ha desbordado situaciones, manejos y gestiones de todo tipo. La escala del problema genera imágenes y calificativos de distrito, ciudad, región y país, inseguros. El intento de mirarlo y analizarlo, lo categoriza como un problema de cobertura nacional, indudablemente.
La seguridad ciudadana, tiene que ver, con todas las expresiones que dan vida a lo económico, productivo, servicios, social y cultural, tanto público como privado. La dinámica de la (in)seguridad ciudadana, se torna manifiesta en tanto que el crecimiento económico ha generado aumentos patrimoniales, signos exteriores de riqueza y mayor velocidad en consumos; esto en el lado visible de las exteriorizaciones, pero a la vez, nuestros indicadores de desempleo, subempleo, extrema pobreza, insatisfacción de necesidades, etc., marcan la otra cara de la moneda. La mejora de indicadores y condiciones económicas, no es justificativo de aumento de inseguridades, traducido, delincuencia.
La seguridad ciudadana, tiene que ver con temas de infraestructura, equipamiento, acondicionamiento y paisaje urbano, que van de la mano con peatones, vehículos, autoridad municipal, policías, negocios, ambulantes, etc.; todos son componentes de un sistema que está en el parámetro de la dinámica urbana. Este es el gran espacio público, que hasta hoy se ha desarrollado al compás de gestiones cada vez más ineficientes a toda escala y a toda competencia. Todo parece indicar que tenemos problemas de seguridad; lejos de estar, caminar y sentirnos tranquilos, estamos entrando en la paranoia del delito de la cual todos reportan, comentan y analizan; pero nadie aborda con acciones concretas, de cómo evitar, remediar, minimizar y finalmente erradicar el caos e inseguridad de la ciudad.
La seguridad ciudadana plantea interrogantes: ¿Cómo están manejando las estrategias de prevención del delito?, ¿Cómo se evidencian las competencias a cargo de los gobiernos regional, provincial y distritales en esta materia? ¿Cómo se articulan los diferentes sectores entorno a este problema? ¿Cómo deben de manejarse los espacios de acción del Ministerio del Interior con Justicia? ¿Cómo se trabaja en los distritos la prevención? La única respuesta cierta, a nuestra escala y con evidencias, es que la seguridad la asumimos nosotros, los ciudadanos, los contribuyentes de manera privada y comunitaria. Hoy todos enrejamos nuestras casas, calles y urbanizaciones, contratamos seguridad privada, colocamos cámaras y sistemas de vigilancia; además aseguramos vehículos, negocios, etc. Sumamos todo este gasto a nuestros presupuestos, sin embargo, seguimos pagando arbitrios e impuestos sin recibir servicios de calidad, esa es nuestra inseguridad, evidente, no creen.
La sseguridad ciudadana, vista desde el Estado con todas sus instancias y competencias, nos deja sensaciones hasta hoy de ineficiencia, descuido, por no saber qué hacer ni cómo hacerlo. Policías, patrulleros, cámaras, serenazgo, comisarias, fiscales, jueces, cárceles, etc., es el componente encargado desde el Gobierno para dar seguridad ciudadana. Su campo de acción tiene que ver con el “espacio público”; de un lado, los ciudadanos caminamos con temores, mirando para todo lado; de otro lado, el “delincuente”, sonriente, nos observa y nos marca con toda la tranquilidad del mundo, porque sabe que probablemente no pase nada y nosotros que no sabemos qué hacer.
La seguridad ciudadana, implica hablar de acción ciudadana, participación ciudadana, y el tema no pasa necesariamente con más policías, patrulleros, cámaras serenazgos; tenemos muchas expresiones de justicia con manos propias, rondas campesinas con prácticas urbanas; creo que se trata de evitar violencia, inseguridad. La tranquilidad social tiene beneficios en el crecimiento y desarrollo, no es atrevido decir que soluciones hay, pero por dónde empezar. Desde nuestros hogares, el distrito como referente espacial, la ciudad a escala de lo vivible y en general nuestro país con lectura de, crecer y desarrollarnos con tranquilidad, ¿es mucho pedir?
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