domingo, 14 de abril de 2013

ME SIENTO (IN)SEGURO.

No estoy seguro de referirme a la seguridad ciudadana si es que no determino su escala, competencia, táctica, estrategia, vocación, intención, etc., no estoy seguro de hablar de seguridad ciudadana, si es que dejo de pensar en todos o en mí mismo, no estoy seguro de vivir en esta ciudad si es que no imagino  la seguridad ciudadana de todos, no estoy seguro de  el tema de la seguridad ciudadana, si es que no tengo idea de como abordarla y si ese, es el camino correcto; finalmente, haré el esfuerzo e intentaré ver el tema de la seguridad ciudadana, de una manera segura para entenderlo y pretender así estar más seguros. Ojala.
La Seguridad  ciudadana, es un concepto que ha desbordado situaciones, manejos y gestiones de todo tipo.  La escala del problema  genera  imágenes y calificativos  de distrito, ciudad, región y país, inseguros. El  intento  de mirarlo y analizarlo, lo categoriza  como un problema  de cobertura nacional, indudablemente.
La seguridad ciudadana, tiene que ver, con todas las expresiones que dan vida a lo económico, productivo, servicios, social y cultural,  tanto público como privado.  La dinámica de la (in)seguridad ciudadana, se torna manifiesta en tanto que el crecimiento económico ha generado  aumentos  patrimoniales, signos exteriores de riqueza y mayor velocidad en consumos; esto en el lado visible de las exteriorizaciones, pero a la vez, nuestros  indicadores de desempleo, subempleo, extrema pobreza, insatisfacción de necesidades, etc., marcan la otra cara de la moneda. La mejora de indicadores y condiciones económicas, no es  justificativo  de  aumento de inseguridades, traducido, delincuencia.
La seguridad ciudadana, tiene que ver con temas de  infraestructura, equipamiento, acondicionamiento y paisaje urbano, que van de la mano con  peatones, vehículos, autoridad municipal, policías, negocios, ambulantes, etc.;  todos  son componentes  de  un sistema que está en  el parámetro  de la dinámica urbana.   Este es el gran  espacio público, que  hasta  hoy se ha desarrollado  al compás de gestiones cada vez más ineficientes a toda escala y a toda competencia. Todo parece indicar que tenemos problemas  de  seguridad;  lejos  de  estar,  caminar y  sentirnos  tranquilos, estamos entrando en la  paranoia del delito de la cual todos reportan, comentan y  analizan;  pero  nadie aborda con  acciones concretas, de cómo  evitar, remediar, minimizar  y finalmente erradicar el caos e inseguridad de la ciudad.
La seguridad ciudadana plantea interrogantes: ¿Cómo están manejando las estrategias  de  prevención del delito?, ¿Cómo se evidencian las competencias a cargo de los  gobiernos regional, provincial y distritales en esta materia?  ¿Cómo se articulan los diferentes sectores entorno a este problema? ¿Cómo  deben de manejarse  los espacios de acción  del Ministerio del  Interior con Justicia? ¿Cómo se trabaja en los distritos la prevención?  La única respuesta cierta, a nuestra escala y con evidencias, es que la seguridad la asumimos nosotros, los ciudadanos, los contribuyentes de manera privada y comunitaria. Hoy todos enrejamos nuestras casas, calles y urbanizaciones, contratamos seguridad privada, colocamos cámaras y sistemas de vigilancia; además aseguramos vehículos, negocios, etc. Sumamos todo este gasto  a nuestros presupuestos,  sin embargo, seguimos pagando  arbitrios e impuestos sin recibir servicios de calidad, esa es nuestra inseguridad, evidente, no creen.
La sseguridad ciudadana, vista desde el Estado  con todas sus instancias y competencias, nos deja sensaciones  hasta  hoy  de ineficiencia, descuido, por no saber qué hacer ni cómo hacerlo. Policías, patrulleros, cámaras, serenazgo, comisarias, fiscales, jueces, cárceles, etc., es el componente encargado desde el Gobierno para dar seguridad ciudadana. Su campo de acción tiene que ver con el “espacio público”; de un lado, los ciudadanos caminamos con temores, mirando para todo lado; de otro lado, el “delincuente”, sonriente, nos observa y nos marca con toda la tranquilidad del mundo,  porque  sabe que probablemente no pase nada y nosotros que no sabemos qué hacer.
La seguridad ciudadana, implica hablar de acción ciudadana, participación ciudadana, y  el tema  no pasa necesariamente  con más policías, patrulleros, cámaras serenazgos; tenemos muchas expresiones de justicia con manos propias, rondas campesinas con prácticas urbanas;  creo que se trata de evitar violencia, inseguridad. La tranquilidad social tiene  beneficios  en el crecimiento y desarrollo, no es atrevido  decir  que soluciones  hay, pero por dónde empezar.  Desde nuestros hogares, el distrito como referente espacial, la ciudad  a escala de lo vivible y en general nuestro país con lectura de, crecer y desarrollarnos con tranquilidad, ¿es mucho pedir?




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