miércoles, 16 de enero de 2013

VIAJE A LIMA

Últimamente no he viajado a lima, quizás sea una ventaja por lo que voy a referirme,  muchas veces la recurrencia hace perder detalles y son justo los detalles los que nos interesan, muchas veces  los miramos y miramos y no los percibimos, pero, estos terminan siendo  molestias, causan dificultades y generan  problemas.
No tuve quien me lleve, así que  obligado  a llamar  un taxi vía teléfono, los que circulan así nomás, hay que mirarlos con lupa y huellas digitales, me cobró 20 soles. Quedé impresionado con el aeropuerto nuestro, el pasajero es la última rueda del coche, privilegian  negocios, reduciendo, obviamente, espacios para espera y comodidad de usuarios y acompañantes,  dicho sea de paso, no  es ningún favor, porque  cobran por su uso y pisada. En la antesala a la salida al avión, hice un cálculo a buen ojo, no da, por reglamento pudiera ser otro el aforo; allí nos miramos y codeamos fácilmente entre todos. Bueno, ya en el avión y a punto de despegar, viene la otra sorpresa, la pista parece a la  variante de uchumayo, a esa velocidad y con esos huecos, ya no diré pobre avión, sino además, pobres pasajeros; la tembladera  es terrible.  Ya en Lima encuentras taxis de todo calibre; veamos sus tarifas, del aeropuerto (fuera) al hotel (ida) 30 soles, del hotel al aeropuerto (vuelta) 40 soles, 55 minutos de tiempo cortando camino; taxis del hotel (Miraflores) al aeropuerto 90 soles, que diferencia. Es evidente que el aeropuerto Jorge Chávez ha mejorado, se le nota mejor dispuesto y acomodado para exigencias mayores. Tuve el atrevimiento de tomar un cafecito, lo hago habitualmente,  el precio mejor ni lo digo, menos mal que no lo acompañé con una media luna de algo, sencillamente me hubiera reclamado la billetera. Otro detalle, habitualmente vemos que a los buses  o minibuses de pasajeros les colocan otra fila más de asientos y se ganaron cuatro más,  en el avión creo que hacen lo mismo, no he crecido en estatura, pero al asiento delantero lo tenía en la nariz, la comodidad y el reclinable, un cuento. Para terminar este periplo, he usado aeropuertos de muchos países, pero en ninguno me han hecho quitar los zapatos para el control,  ¿lo harán para mantener limpio el piso a costa nuestra?
Creo que a pesar de nuestras mejoras en el tema de turismo receptivo y egresivo en general, necesitamos mejorar calidades en nuestros servicios aeroportuarios y terrestres;  los cobros que hacen no guardan relación por lo que se consume o se sirve, creen que el que hace uso de un aeropuerto le sobra la plata, no hay una regulación concertada, no pesa la calidad sino el precio que anda muy lejos de su costo, o quizás, les cobran demasiado por alquiler de espacios o servicios. El tema de los terminales terrestres es otro caso, allí hay que ser mandrake para no ser presa de más de un adiestrado en esos menesteres. Ya está bueno de abusos, hasta el próximo viaje.

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