Esta es la segunda vez que me refiero al Mercado San Camilo, la primera fue en ocasión de la aparición de los Malls, sus efectos competitivos y futuro; hoy, el tema es su posible privatización; vale la pena plantearle a San Camilo, un “rescate”, lo digo como arequipeño y lo digo también porque, es un emblemático e histórico centro de abastos.
Que debiera de salir y que debiera de quedar en San Camilo; difícil y complicada propuesta pero necesaria para su permanencia o salida del “mercado”. Demos una mirada y a ver que encontramos: la sección de carnes rojas, pollo, pescado y menudencias, deben de salir, no se tiene tecnología de almacenamiento en frio, su manipulación y expendió, no está acorde con lo que debería de ser esa sección, el hacha, tronco y balanza con truco, son historia; hoy el corte y empaque sellado, definen la compra, la sanidad, exige el valor agregado en las carnes de todo tipo. La sección frutas es la mejor expresión de nuestra gran diversidad, las verduras necesitan ser mejor manipuladas, conservadas y presentadas. Somos una cuenca lechera y nuestra variedad de quesos, yogures, natillas, cuajadas, definen solos una sección. El sector de juguerías tiene el reto de ampliar su carta con componentes agregados para sabor, color y nutrientes, pero, junto a la sección de sándwich, papas rellenas, empanadas y salteñas. En la sección de medicina tradicional, los herbolarios pueden combinar bien con una propuesta agregada de mates, tizanas, emolientes y demás hierbas. Otra sección importante es la de panadería, tendría que fusionarse con pastelería y tortas; los olores, sabores y colores serán un nuevo distingo, las frutas, verduras, hierbas y preparados, están para ser ofertadas. Se necesita recuperar y relanzar el otrora famoso “Inter” del segundo piso, su carta y precios, lo recuerdan y marcan; las flores y armados, son preferibles para agasajar a alguien y no tanto para nuestros muertitos. A tanto sol, luminosidad e insolación, la sección de sobreros, gorros y demás protectores, deben de ser otro distingo para así poder recobrar la cultura del uso del sombrero. En fin, cosas más, cosas menos, San Camilo necesita una transformación total, previa evaluación interna y externa hecha profesionalmente y sin apasionamientos; además, deben tener el convencimiento de no temer al cambio y hacer suyos conceptos como, calidad de servicio, seguridad, higiene y presentación. “solo en San Camilo lo encuentra”, puede ser un lema.
Esta es una labor necesaria por lo que San Camilo significa para Arequipa, vale su recuperación y lanzamiento para un escenario muy competitivo; este emprendimiento tiene que ir acorde con esta nueva Arequipa, que se muestra pujante, con otro paisaje urbano, crecimiento económico, mucha dinámica y servicios. Finalmente, San Camilo es un reto que compromete mucho a su entorno, ¿será posible pasear por Víctor Lira, alto de la Luna y bajar por Perú, alguna vez?, eso importa también.
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