miércoles, 27 de junio de 2012

HUMALA, CASI UN AÑO. QUE

El crecimiento económico marcó a nuestra  macroeconomía como un indicador de éxito;     temas  como   inflación, reservas, aumento del PBI, físico y monetario, estabilidad, etc., dieron  en los últimos años  una imagen positiva de país;  razón más que suficiente para generar expectativas, inversiones y negocios en una economía  que se ajustaba  al  modelo  hegemónico  de  este mundo globalizado. El triunfo de Ollanta Humala, obedece a haber dirigido su discurso a los que no  tuvieron  el beneficio de este crecimiento económico,  donde la reiteración  de una frase con todos los adornos y quejas,  marcó su discurso: crecimiento con inclusión social.
A casi un año de gestión, creo que necesitamos como país,  variar  rumbos;  ya se acabaron los temas electorales,   importa mucho el “como” y  el tener claro  visiones compartidas. Lo público  tiene que ver  con inversiones en infraestructura, equipamiento, servicios y coberturas; lo  privado, con desarrollo en sectores económicos productivos; estas dos opciones  tienen que ser compatibles, definiendo roles y estableciendo sinergias consensuadas. Las políticas sociales  son prioritarias en el reglón de la pobreza extrema, el mejoramiento de la calidad de vida es urgente; la educación en todos sus niveles debe de ser la estrategia del quinquenio, la salud debe pensarse como preventiva-promocional-inversión para posibilitar el cambio de viejos conceptos de enfermedad-gasto-curación;  finalmente; el empleo  debe de basarse en capacidades, pensando en tecnología y competitividad.  ¿Se está haciendo lo necesario? y ¿cómo?
Tenemos que perder el miedo al valor agregado,  necesitamos  tecnología,  capacidades, capital,  mercados,  infraestructura, equipamiento,  comunicación, articulación e integración.  Pero también necesitamos  propuestas de promoción e incentivos,  para sectores como la pesca, agricultura, industria, comercio, servicios y  turismo. Las demandas internas y  externas nos han dado pautas  de un  aumento en el valor agregado por exigencia de consumo. De otro lado, la oferta productiva debe de importar menos capital  y fomentar más nuestras  capacidades y soportes tecnológicos,  se necesita generar mejores condiciones para los sectores indicados, ello  ayudará muchísimo a dejar de depender del sector minero e hidrocarburos, que no solo genera importantes recursos, sino además conflictos y poco empleo. Necesitamos pues cambiar la matriz productiva.
Los  ingresos extraordinarios  derivados a combatir la pobreza y provocar inclusión social, deben de ser pensados en una tributación, donde la presión tenga el equilibrio entre la base y la recaudación, sólo  debiera aumentar por mayor consumo formalizado; la renta aumentará su recaudación,  porque hay más  producción de riqueza generada;  el canon,  perfilará mejor sus captaciones por explotación y es necesario  dedicarle mejor  uso.  La inclusión debe de ir propiciada desde otra matriz productiva, eso hará sostenible un  crecimiento con vocación de desarrollo.
Indudablemente lo señalado, no es el balance a casi un año de gestión, no es su hoja de ruta, no es la propuesta de la gran transformación, solo es, la agenda pendiente, necesaria para una verdadera inclusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario