viernes, 29 de mayo de 2015

LA EDUCACIÓN EN DEBATE





Nuestros “maestros formadores”, se instruyen y adquieren conocimientos para  poder  así transmitir todo ello a sus educandos.  Pero, si  a nuestros “formadores”,  no  les enseñan  “especialistas”,  haciendo  ellos mismos  esa función; la  formación para mejorar su  conocimiento, pedagogía y didáctica,  no  sería de lo mejor.  Entonces  vale la pregunta,  ¿cómo  está  la formación de nuestros  formadores?  Entendiendo  que  la  mejor manera de llevar  a cabo esta tarea es  lograr  armonía entre el  conocimiento especializado, la didáctica,  pedagogía, vocación  y actitud  para poder tener  la plena capacidad de ser formadores y educadores.
Una segunda idea está referida al componente “trabajo” en la formación,  indudablemente parece ser que en la escuela no lo vamos a encontrar  sino,  en  la  Universidad  e Institutos.  Antes  se creía  que una manera de realización de las personas en el ámbito laboral,  tenía  que ser en el área solo profesional, el tiempo demostró que no era  del todo cierto.  Un  país como el nuestro, en proceso de muchas cosas (entiéndase crecimiento y desarrollo como  dos de tantas), necesita tener en su  fuerza laboral  a técnicos  (electricistas, gasfiteros,  mecánicos, pintores, torneros, soldadores, constructores, carpinteros, etc.) y  profesionales que tengan que ver con  tecnología,  gestión, servicios, logística, etc.  
finalmente la tercera idea, la educación en la escuela, así como  la formación  universitaria y técnica,  necesitan de mucho  valor  agregado  y  una objetiva  restructuración  de los roles y estatus;  lo dicho y mucho más, daría un nuevo derrotero en la formación; porque dicha  formación  debería de plantearse  por necesidades de mercado y necesidades estratégicas de crecimiento y desarrollo para el país, sin dejar de lado la premisa: “formación para la vida, formación para el trabajo”.


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