viernes, 29 de mayo de 2015

TIA MARIA, UN REFERENTE




Minería y agricultura,  representan  toda una historia y rol en nuestra sociedad y economía, tienen sus estrategias y políticas específicas;  algunos  los  miran juntos, otros tratan de separarlos,  miran a  uno como bueno y  al  otro como malo;  en fin, se  crean  sensaciones  más  a  querer  separar,  que  a tratar de juntarlos  amigablemente. Agricultura y minería,  representan  una  forma  simbólica  de dar cuenta de   nuestros  recursos,  de  cómo los  hemos tratado y explotado, de  lo poco  hecho  en  gestión  comprometida  con  su  renovación,  aporte, impactos y efectos  positivos, responsabilidades compartidas con sus manejos,  estrategias  de  sensibilización,  etc.  Hoy, los dos están  comprometidos  en un escenario  político, económico,  social  y  cultural  muy singular,  en la que podemos ver  más  desencuentros  que  acercamientos.
Curiosamente,  el agua, nuestro  preciado recurso,  que no se  exporta  pero  se vende;  que no  le cobramos al  mar  por   los  aportes  hechos,  pero  que  sin  querer  queriendo,   permanentemente  se nos va,  sin retenerlo y  poco de él,  almacenamos. Esa  es nuestra  agua, que  hasta  hoy,  no  ha tenido  una  gestión  que     condiciones  adecuadas  en  su manejo, protección y consumo.
Por lo visto, necesitamos  visiones  claras. Las alianzas, sinergias, sociedades y asociaciones públicas y/o privadas, tienen que estar con cobertura de credibilidad, legitimidad y autoridad; los actores con sus acciones, participaciones y productos, tienen que ser sujetos de crédito, más por principio de  Institucionalidad, que por  floreos personalizados. Tía María es un referente estratégico,  un punto de quiebre, que no solo debemos mirarlo y comentarlo, sino decidirlo adecuadamente.  los escenarios han cambiado;  hoy se  tienen  dos  ministerios,  Energía y Minas  y  Ambiente,  son  “nuestros ojos”  puestos en  esta actividad. Cuestión de confianza y credibilidad.

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