El “espíritu de Paracas”, allá por el año 1961, dio inicio a esta aventura empresarial que define a IPAE, como una institución identificada con el quehacer empresarial; hoy 2012, están en Arequipa, y tienen como tema central: “líderes empresariales, compromiso con el Perú”. Los 50 años de la Conferencia Anual de Ejecutivos – CADE, no son poca cosa, hay historia, acuerdos, desacuerdos, propuestas, cercanías y lejanías, ilusiones, reiteraciones, insistencias; pero también, algo importante, siempre querer ser actores.
La temática propuesta la ajustamos en la siguiente idea; el arte de las posibilidades, hoy en día, tiene que ver con realidades, lo social ha sido asumido como estrategia de política nacional, ese es un compromiso. Este concepto nos lleva a no seguir pensando, sino a concretizar acciones tan necesarias para mejorar nuestra condición, para así, poder estar en la posibilidad de hacer realidad nuestros sueños como país; por lo tanto, aparece la prioridad de contar con líderes que actúen pensando en un Perú mucho mejor. De otro lado, la institucionalidad empresarial reclamada, necesita de plataformas y espacios como CADE, donde Estado, Empresa y Trabajo, encuentren sintonías que las hagan posible. Nuestros sueños necesitan hoy de acciones concretas para seguir construyendo país. Asumir la estrategia del Gobierno que es, la inclusión social de una gran mayoría de peruanos, es un compromiso eminentemente social; para lo cual se requiere también, del compromiso político, junto a una población que debe necesariamente, construir y tener, valores de ciudadanía. A lo dicho, no solo debe ser la Empresa y sus líderes, quienes asuman el compromiso con el Perú, también tiene que ser, el Gobierno con su país y todos nosotros, solo pensando en un futuro, que ya empezó ayer.
Para que sea posible lo que aspiramos, se hace necesario tener los conceptos claros de lo que se quiere, como hacerlo, con quienes, plazos y metas. Este es un escenario en donde nada es igual, todo se discute y muchas veces nos vuelve intolerantes; de ahí la necesidad de estandarizar conceptos y construir posibilidades involucrantes. Desde el espíritu de Paracas hasta hoy, el Perú ha cambiado mucho, pocas veces en nuestra vida como país, hemos tenido la oportunidad de poder hacer realidad el camino hacia el progreso, no solo leído como un constante crecimiento visto en indicadores económicos, sino también, pensado en lo social; hoy, ambos, deben ser estructurados en una estrategia nacional que nos lleve a un “crecimiento con desarrollo”; todo en la idea de poder visionar un país prospero con estrategias claras, que sean sustentables y sostenibles; el Estado, la Empresa y el Trabajo; así como, la Política, la Economía y lo Social, necesitan encontrarse. El desarrollo lo puede asegurar, el crecimiento tiene sus límites.
El compromiso con el Perú, es de todos; esperamos ver en el futuro, CADEs, con resultados que den lectura de nuestros avances, de nuestros progresos.
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