miércoles, 26 de septiembre de 2012

BUSCANDO UNIVERSIDAD

La  población de nuestro país  marca  algunas tendencias,  hay indicadores que vale la pena saber, sólo para  darnos  cuenta  de situaciones y decisiones  que se tenga que tomar a futuro. Veamos, en educación, sobrarán  más carpetas en la primaria que en la secundaría, pero faltarán carpetas en las universidades; en medicina, necesitaremos  más  geriatras que pediatras, en trabajo, la jornada laboral superará los 40 años, largamente;  ya no tenemos a la  pirámide, como figura poblacional,  cada vez parece ser  más  un rombo, somos ……..etc.
Necesitamos  que nuestras  universidades  sean acreditadas, para lo cual  no basta que solo ostenten  el cartel  de  serlo,  sino, necesitan ser  ajustarlas a  las  estrategias,  tanto de  crecimiento como  de  desarrollo que el Perú  requiere. El país en  su conjunto, manifiesta  sus requerimientos a  través  del  mercado,  por ello,  lo que  busca, la política laboral,  es  el  pleno empleo,  menos  sub  empleo  y  mucho  menos, desempleo;  ese es nuestro escenario, que  ha pasado crisis, que hoy crece y  busca  ser desarrollado.
La universidad en términos de capital humano, está conformado por estudiantes, docentes y administrativos;  para el caso de estudiantes,  se  hace  selección de  postulantes  porque es  más la demanda que la oferta instalada  y  porque  el sistema  está  previsto para  que no  ingresen  todos;  la  selección se puede  hacer  desde  fuera  o  desde  dentro, es  cuestión de  costo-beneficio.   la  infraestructura  tiene que ver con su  “campus”;   para  ser acreditada, necesita tener equipamiento,  llámese,  aulas, talleres, laboratorios, centros de aplicación,  bibliotecas, etc.;  pensar  solo  en,  aula, pizarra, plumón,  carpetas, alumnos y docente;  no va de ninguna manera. De otro lado,  la universidad  debe ejercer funciones  de docencia,  investigación,  promoción,  servicios  y  producción;  pretender  hacerlo implica  tener capacidades, infraestructura, equipamiento,  planes,  proyectos, estrategias,  objetivos, metas;  tanto  para  el  trabajo  interno, como  para  un mercado abierto y competitivo.   La   acreditación universitaria pasa por hacer y tener,  ciencia, tecnología,  gestión y  humanidades. Por ello, para que La universidad   pueda  ejercer  su  “responsabilidad social”,  necesita mucho y no mínimos,  pudiendo  así,   aportar   como un actor  importante,  en el crecimiento y desarrollo de nuestro país.
El  Estado,  no tendría  porque  avalar un título,  la universidad es responsable de origen, más no de destino, que sería el portador; sin embargo, deberíamos  de  exigirle  al  Estado, que  las autorizaciones  de nuevas  universidades,  pasen,  no  por  tamices  mínimos,  sino, de lo más exigentes;  en ese sentido,  las universidades  deben  tener capacidad  para  generar  recursos propios,  no  por servicios educativos, solamente, sino por  producción y  servicios,  y  lo  que resulte de ello,  destinarlo con  justa razón a  formación, investigación y  equipamiento. Se necesita construir  un   nuevo concepto: “yo soy de la Universidad…” y es el  mercado,  quien   lo  va  a identificar  y  requerir.  Finalmente,  Universidad no  debe de reducirse a  adaptar un local y colocarle un letrero en la fachada o  generar carreras que solo requieren  docente, alumnos  y  pizarra,  la Universidad es mucho más y merece nuestra crítica, como también,  la atención debida.

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