martes, 21 de febrero de 2012

AGUA DE LLUVIAS, PISTAS Y REPRESAS



Traemos a colación,  por razones  de la eventualidad,  el  tema  agua, pero el agua de lluvias, y la razón  está en la temporada fluvial,  cuyas precipitaciones  han alterado nuestro habitad; no solo llueve  en nuestra ciudad, sino en  locaciones altas  cuyas correntadas son derivadas para alimentar  al sistema  de  represas, generando a continuación,   la cuenca del  Chili;  rio regulado, que hoy  no  consuela  para nada decirlo  porque,  justamente, por  no haberlo  regulado  antes   y  precisamente,  pretender  hacerlo en  plena temporada,  es que se genera un peligro evidente en su recorrido, tanto por nuestra ciudad, como por espacios rio abajo, dedicados a la agricultura;  hecho que obliga a soltar cada vez más agua,  para  no producir reboses  por encima de sus capacidades.
El tema de las lluvias, almacenamiento en represas, uso regulado de sus aguas para consumo humano, agricultura, industria y minería, así como trabajos en anticipo de temporada de lluvias tratando de descolmatar,  para que no se pierda en el tiempo el cubicaje de almacenamiento,  siempre tan necesario; nos lleva al escenario critico hoy de estar  en alerta, respecto del  soporte de almacenamiento de las represas y la consiguiente obligada descarga con los riesgos que ello supone. Lo cierto es que no tenemos un plan respecto de represamiento de aguas tanto de altura, como de plano intermedio y cotas bajas, con sus respectivas derivaciones,  que  objetivamente permita  aprovechar  al máximo, el líquido elemento  y no expectar siempre,  su desembocadura exagerada en el mar.  Aquí  tenemos un tema pendiente y obligado por los efectos que significan el cambio climático, referido al agua de  lluvias.
El tema de lluvias también lo llevamos a las pistas de la ciudad,  y aquí  aparece otro gran problema,  tiene corte histórico por el tiempo transcurrido y por lo que significa la gestión municipal  de nuestra ciudad. Las lluvias nos  muestran, nivel  a nivel,  paño a paño, reparación  tras reparación, asfalto tras asfalto,  y demás, capas y capas; como las distintas administraciones municipales  hasta hoy, han  hecho todo lo que nunca debió hacerse respecto del diseño, material, trabajo, mantenimiento y protección de casi todas las pistas de nuestra ciudad, llámese en extenso, avenidas, calles, pasajes, puentes, pasos a desnivel, torrenteras, además de, infraestructura de agua, desagüe y alcantarillado como  también energía eléctrica.  Realmente  lo que hicieron no fue construir Arequipa sobre la base de un plan de desarrollo urbano;  pareciera ser que el plan era,  destruirla paulatinamente.   El objetivo evidente de todos fue, hacer, hacer y hacer, ¿cómo lo hicieron?, bueno, los resultados  son  tan  objetivos, que  nos  genera sentimientos de culpa,  por haber  depositado nuestra  confianza  electoral  a gestiones que parecen haber sido adiestrados en combate en ciudad, y no en, construcción de ciudad y su habitad.  Las lluvias, que no tienen la culpa, nos recuerdan  algo  que solo los arequipeños sabemos:  enero poco, febrero loco y marzo poco a poco, obvio  que no es un fenómeno reciente, como para jalarse los pelos por la mala suerte, las pistas y demás infraestructura, son el reflejo de lo mal que se ha trabajado. Ya es tiempo que Arequipa inicie su verdadero plan de desarrollo urbano y no querer una vez más,  juntar agüita  para soltarla luego  o  jugar a hacer pistas para volverlas a hacer.

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