La consulta popular de revocatoria, es una de muchas formas de expresión de la democracia, en nuestro país tiene normativa y forma parte de un marco jurídico adscrito a temas de elección, representación y ejercicio ciudadano; en lectura política, tiene que ver con apertura, reglas de juego, equilibrio de poderes, representación, consultas, licencias, referéndum y por cierto, revocatorias. La revocatoria, se puede solicitar a partir del segundo y tercer año de gestión, tanto del Gobierno Regional como de los Locales y requiere de un mínimo de firmas para dar inicio al trámite.
La consulta popular de revocatoria, tiene que ver con la gobernabilidad y esta, con gestión medida en eficiencia y resultados. Tiene que ver con ciudadanía, que se refleja en periodos y metas. Tiene que ver con tiempo de gestión, que hacen nuestros gobernantes en cuatro años de ejercicio. Para algunos la revocatoria tiene la lectura de la desestabilización, para otros, un ejercicio de ciudadanía; lo cierto es que, nuestra débil e incipiente gobernabilidad, tiene esta normativa que fue concebida y decretada para su uso en la idea de querer estar a la altura de tiempos modernos; pero, como siempre, no se trabajaron los previos, no se tomó en cuenta, nuestra historia, costumbres, actitudes y definitivamente, un adecuado y consciente ejercicio de ciudadanía.
La consulta popular de revocatoria, tiene como sustento bases poco solidas, que pueden generar inestabilidad e intolerancia. Nuestra clase política, expresa hoy una mutación hacia formas que van dando uevos conceptos en la teoría de la política y sus expresiones de democracia. Partidos políticos “tradicionales” han ido cediendo paso a movimientos regionales y locales, aparecen “alianzas”, más en opción de suma, que de visiones compartidas. Visto así, las alianzas electorales, que no son alianzas para gestión, no aseguran nada; por lo tanto bueno sería subirles la “valla”; los partidos políticos, necesitan tener presencia nacional comprobada, los Movimientos, deben dejar de ser coyunturales, asumiendo estructura orgánica a fin de tener sostenibilidad, no solo electoral, sino política. Este sería un comienzo, por lo tanto, requisito, para revocatorias pensadas e inscritas en principios de gobernabilidad.
La consulta popular de revocatoria, tiene el siguiente escenario: solo se ha ejecutado el 69% del presupuesto 2011, donde el Gobierno Central marca 78%, el Regional 64% y los Locales, solo un 63%. El SNIP, que tiene que ver con la calidad del gasto; no refleja una orientación hacia la utilidad social y económica del ejercicio presupuestal. De los Ministerios, el de Transporte muestra como resultado el 96% de ejecución presupuestal, mientras que Interior, casi un 8%; puede entenderse por lo tanto, que temas como delincuencia e inseguridad ciudadana, son cada día más crecientes. En el plano de las inversiones, el 80% es privado y solo 20% es público. Este es un escenario cuantificado por cifras y ejercicios presupuestales; donde lo social, todavía descrito y cargado por la insatisfacción, marca las pautas de revocatorias; evaluando gestión de gobernantes que piensan más en política de medios, que en una adecuada y necesaria gerencia social pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario