jueves, 26 de junio de 2014

PARQUES Y CEMENTERIOS



El cementerio general de la Apacheta, administrado por la Sociedad de Beneficencia Pública de Arequipa, fue inaugurado en el año de 1837; ha pasado ya mucho tiempo y hoy lo encontramos casi en el límite de su capacidad; el  crecimiento intenso de Arequipa  en los últimos 50 años, ha configurado  un nuevo  paisaje urbano,  donde el  cementerio  es  un referente  innegable. La vida útil del cementerio en el servicio funerario, llegó al límite. Hoy Arequipa necesita de nuevo(s) cementerio(s); si la Apacheta ha durado en servicio más de 170 años, Arequipa, la del millón de habitantes, necesita  que este servicio sea proyectado por lo menos 100 años más adelante.  El formato actual de cementerio tiene que dar paso a una propuesta de corte ecológico, cuyo espacio sea también un pulmón de la ciudad, la idea del cementerio gris tiene que ceder el paso al cementerio verde, con vida, a pesar de sus residentes.  Apostemos al verde.
Arequipa gris,   da  la  lectura  del  cemento, elemento  identificatorio de la industria de construcción;   hemos cubierto la ciudad  de cemento  y asfalto, no ganando terreno  al desierto, sino  a áreas dedicadas a la agricultura, como nuestra campiña. El  cemento  gris, finalmente,  fue ganando espacio al verde vida, cediendo espacio  la  Arequipa-campiña,  al  proceso de urbanización, donde  migrantes e invasores, vieron a nuestra ciudad, como una alternativa.
El verde vida para futuros cementerios públicos va bien con la necesidad de “parques  temáticos”; la población necesita espacios para su esparcimiento, relajo y diversión. Un club privado colapsó, los colegios profesionales crearon sus propias alternativas, y el resto de la población ¿Qué?, vamos a resignarnos a quedarnos en casa, creo que no es justo.


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