viernes, 6 de junio de 2014

MI AMIGO CARLOS


Carlos es un amigo contemporáneo, casi todos los días tomamos café junto con otros  amigos. En ese café también hay otros amigos, que por razones de espacio en la mesa, no todos pueden entrar a sintonizar una tertulia. Años que hacemos este ejercicio de  conversación y nos gusta porque los temas van al ton y son de lo que acontece en nuestra siempre dinámica y alterada vida cotidiana.
Carlos lee habitualmente esta columna, he de reconocer que me ha puesto en jaque respecto de reclamarme un tema,  que a entender de muchos, parece encontrarse en la “estratósfera”, o sea,  lejos de nuestra realidad, o mejor, lo dice  Mana en una de sus canciones;  “es más fácil llegar al sol que a tu corazón”.
Carlos con la edad que tiene, anda en busca del postulante y/o político ideal; cree que en algún lugar se encuentra este tipo de espécimen raro. Se resiste a creer que estamos condenados políticamente a tener resultados electorales, que en cualquiera de sus instancias,   no dice, sino contradice, cualquier sentido común de nuestra todavía débil y alicaída democracia.

Carlos no pierde la fe, a pesar de haberle señalado con estadísticas, que la mayoría de presidentes regionales y alcaldes acaban con más de un juicio y escándalos; cree que merecemos, nosotros los electores, tener la oportunidad de elegir a alguien que reúna condiciones y requisitos para pretender ser un político “honesto, transparente, formado, capaz, creativo, innovador, sensato, tolerante, claro, contundente, simpático, etc., el etcétera  es tan bueno y necesario como todo lo dicho. Carlos plantea la cruzada, “en busca del político ideal”; lo dejamos con su locura o lo acompañamos, que dicen ustedes.

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