El 1 de agosto de 1947, se proclamó la soberanía y jurisdicción sobre las 200 millas, la esencia del Decreto está clara en su texto: Extender la soberanía y jurisdicción peruana sobre la plataforma y zócalo continentales, así como sobre el mar “en la extensión necesaria para reservar, proteger, conservar y utilizar los recursos naturales y riquezas de toda clase que en o debajo de dicho mar se encuentren”. Nuestro litoral tiene una longitud de 3079 km., que sumado a las 200 millas de ancho, nos muestra un extenso mar territorial, el llamado mar de Grau.
El mar de Grau, comprende todas las especies que flotan o nadan en él; hay de los que flotan sin locomoción alguna o se mueven a pequeñas distancias o de acuerdo a corrientes marinas como el plancton, o los que por su voluntad pueden desplazarse de un lugar a otro, aquí están considerados, peces, moluscos, crustáceos, grandes mamíferos, etc. Importa mucho la soberanía y riqueza de nuestro mar territorial, importa también lo que tenemos en nuestra costa. Los puertos, puertos menores, caletas, flota pesquera, infraestructura, equipamiento, logística pesquera, pescadores y empresarios, son componentes del sector.
Tuvimos una época de apogeo, hoy la lectura no es buena: crisis, depredación, destrucción, descapitalización e incapacidad, son indicadores evidentes; lo cierto es que al mar y a la pesca, le dimos la espalda como país, solo lo recordamos por Grau y su heroicidad en un conflicto, hoy la historia busca definiciones y solo tenemos reclamos por derechos territoriales, pero en realidad, poco hemos hecho por él. Al margen de la “Haya”, recuperemos no solo soberanía, recuperemos crecimiento y desarrollo pesquero en nuestro mar territorial, eso es urgente y estratégico.
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