jueves, 14 de marzo de 2013

DE RUTAS, COMBIS, ASIENTOS y AUTORIDAD.

Hay temas de ciudad, que por el tiempo transcurrido sin solución alguna, ya parecen históricos,  me refiero  al transporte, mas entendido como sistema integrado de transporte-SIT; fue presentado como la solución total a nuestros problemas de traslados, flujos, transito, trafico, tiempos, seguridad, infraestructura y equipamiento urbano, demanda de usuarios, economía de ciudad, etc. Inicialmente fue una propuesta Municipal, por su dimensión y proporción, tuvo que comprometer a la Región; finalmente, el Gobierno Central, a través del Ministerio de Transporte  lo ha asumido, pero no pasa nada.
El Alcalde de la ciudad (del árabe Alqadi=Juez), tiene la  obligación de defender los intereses de sus conciudadanos mediante la ejecución de  políticas locales que tengan por objetivo la mejora de su calidad de vida, y por supuesto,             “la cantidad y calidad de  movilidad para sus conciudadanos”,  este es un objetivo claro y está referido al tema de transporte público masivo de pasajeros. Dicho de otra forma, la autoridad debe ser gestor y vigilante del “balance” demanda-oferta del transporte urbano, y si señala que en Arequipa hay una demanda diaria de 1.5 millones de viajes, y 200 mil viajes en la hora punta, su obligación es asegurar que haya los asientos suficientes para movilizar ese número de personas hacia sus labores, colegios, servicios, etc. (Digo asientos, porque así se mide la capacidad del transporte, y no contando los llamados coaster, combis y colectivos). Resulta que en Arequipa entre los 3,600 vehículos de transporte público, solo tenemos 65 mil asientos instalados para trasladar esos 200 mil viajes de la hora punta. Si se retiran esas 2 mil viejas, incomodas e inseguras unidades (55%), Arequipa solo se quedaría con 28 mil asientos (más “los que viajan de pié”), es decir, solo uno de cada cinco pasajeros podría abordar para llegar a su trabajo o colegio.  Eso es grave, y más grave aún, cuando en vez de prever, promover, planificar, preferir y gestionar un permanente balance demanda-oferta de transporte masivo; los responsables, que se supone son entendidos en la materia, ocupan su tiempo en elaborar números contradictorios y ajenos, reglamentos, normas, operativos y cuanta estrategia se les ocurre para ocupar a, cientos de “inspectores” provinciales y distritales; como si de inspecciones y operativos se tratara el tema.
Todos tenemos la culpa, comenzando desde las indiferentes “victimas” que son los usuarios, los supuestos victimarios que son “los transportistas”, y la “poca enterada” autoridad, que desde la desregulación del transporte público (D.L. 651-1991), poco y nada ha hecho por siquiera elaborar el esperado e indispensable “Plan de Transporte Urbano” y el estudio de demanda, que el MTC señaló estar haciéndolo, pero, nada de nada.
Finalmente, no les extrañe que en este tema nada se diga de los “taxis”, otro dolor de cabeza sin solución. Justamente, el taxismo aparece como solución espontánea tratando de ocupar demandas insatisfechas con todo lo malo que ello implica.

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