miércoles, 17 de octubre de 2012

AREQUIPA, MEGACENTROS Y DESARROLLO URBANO.

En qué momento una ciudad decide tener  la categoría  de  cosmopolita, atractiva, funcional, moderna, etc.;  como debemos de manejar   indicadores  que refieran a,   población, densidades, focalización, servicios con que cuenta, infraestructura, equipamiento urbano, seguridad, transportación vial, etc. Estos dos conceptos, categoría e indicadores, tienen en sí un menú  de componentes  que pueden  ser  parte de iniciativas  gubernamentales,  como  también, pueden  ser  emprendimientos  eminentemente privados.  Lo cierto es que el crecimiento urbano, es un proceso que va dando productos  “urbanos”,  y que estos  acomodan o desacomodan la dinámica social, económica, cultural, etc.  Estas  iniciativas,  necesitan  encontrase en el planeamiento de Arequipa, de lo contrario, aparece la expresión del caos, desorden, o simplemente, tener una ciudad, buena para nada.
Arequipa  es  la ciudad del millón de habitantes,  su historia urbana  estuvo  concentrada  alrededor del  hoy  denominado centro histórico, sus características de proceso la marcaron en la idea de que todo estaba en el  centro y el centro era  el corazón de la ciudad. Este centro,  poco a poco  fue desconcentrándose  y  fue asumiendo nuevos roles y funciones, en donde los servicios de la ciudad, fueron  estratégicamente ubicándose en puntos que a su vez, posibilitaban otras nuevas concentraciones.  El centro dejó de ser  atractor de servicios y funciones  y en el  plano urbano de la ciudad, se  fueron  dibujando nuevas tendencias de crecimiento, tanto  horizontal  como  vertical. Arequipa, la  del millón,  va acomodando su crecimiento a formas poco planificadas;  hay también inercias urbanas  fuera de control, que determinan muchas veces,  expresiones nada funcionales. El centro de las iglesias, bancos, colegios, mercado San Camilo, diversión y  establecimientos públicos, fue cambiando,  hoy encontramos  un   nuevo paisaje urbano, que no es precisamente, lo mejor de nuestro atractivo.
De otro lado, el comercio de productos y servicios en general, son  actividades que ha marcado a nuestra ciudad,  porque se ubican en todo su espectro, dando la idea de estar tan cerca de donde se le necesita. Por ejemplo, esta forma  de comercialización  va cediendo paso a  ventas  por departamentos y en conglomerados llamados, ferias, malls o megacentros. La  dispersión de servicios de comercio al detallista, puede que no atienda ni se acomode a conceptos de competencia, las relaciones  llamadas comerciales, pierden ese sentido de exigencia porque son más amicales,  donde el  fiado o regateo, es parte del gancho con el cliente, que tampoco es tal, sino simplemente, el  vecino o conocido. Lo cierto es que la globalización nos pone en vitrina lo mejor  de  los  cinco continentes y nada  de eso  es desaprovechable, “que viva la oferta-que viva la competencia”.  Los megacentros dan  una nueva marca  a la ciudad que va definiendo  su  vocación comercial y de servicios, este es un indicador  de modernidad, no  solo  por lo que se oferta, sino también, por  demandantes  cada  vez más crecientes y exigentes.  Arequipa  tiene la posibilidad de jerarquizarse como una ciudad que va definiendo y  consolidando  formas  urbanas de ciudad  importante;  pero,  “mejorar su habitad”,  es mucho más que,  malls  y megacentros.

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