La voz del pueblo es la voz de dios, así traduce el latín planteado como título. No voy a referirme a dios, pero si quisiera reflexionar sobre el concepto de pueblo. Hoy poco se usa la denominación de pueblo, quizás, poblador, habitante, y sobre todo ciudadano, tienen mejor sentido de uso. Ciudadano con ciudadanía aparece mejor definido, no solo por concepto, sino por ejercicio; democracia con ciudadanía, es requisito y condición de gobernabilidad, y una adecuada y transparente gobernabilidad, es la que determina y legitima acciones, tanto de gobernantes como de ciudadanos en general. Este básico encadenamiento de democracia y poder, necesita ser reflexionado, pensando en hechos y circunstancias, que nos están sucediendo y requieren de un análisis y atención. Eventos y situaciones futuras, que impliquen excesos de competencias y exageraciones democráticas, es una tarea que compromete, tanto a la sociedad política, sociedad civil y millones de ciudadanos, más en prevención de situaciones de conflicto, que en la solución de los mismos.
El Estado, tiene instancias y competencias definidas constitucionalmente; los poderes, llámese, ejecutivo, legislativo, judicial. etc., necesitan ser eficientes y tener equilibrios adecuados. El Gobierno, desde un enfoque de gestión, trata de extender su brazo desde la instancia Central, Regional y Local; esta es la competencia del Estado que implica más contacto con la realidad socio-económico-cultural del Perú. De otro lado, las estrategias gubernamentales, marcan intentos descentralistas, además de desarrollos regionales y locales; siendo pretensión del gobernante, querer que el “Estado”, llegue hasta el último rincón del país.
La sociedad civil, siguiendo el concepto de Alexis de Tocqueville, se identifica con el conjunto de organizaciones e instituciones cívicas voluntarias y sociales que fungen como mediadores entre los individuos y el Estado. Cierto es que la sociedad civil, ha tenido una entrada en escenario interesante, y esta se refuerza continuamente. De otro lado, es el Estado quien otorga, facilita y norma, competencias para pobladores, habitantes y ciudadanos; por ejemplo, se tiene a los presupuestos participativos, tanto regionales como locales, donde la “participación” de componentes organizados, tiene que ver en sus decisiones y gestión. Las inversiones que relacionen con “recursos”, tienen a la “licencia social”, como un espacio de contacto de intereses. La “consulta Previa”, aparece recientemente como una nueva posibilidad de encuentro, entre pobladores, con denominaciones de nativos e indígenas, y los que tienen intención de invertir e intervenir en “espacios” marcados por ancestro e historia, según se señala.
La participación, la licencia y la consulta, juegan bien al ejercicio de la democracia, siempre y cuando, los “previos”, sean informados, entendidos, comunicados, afirmados, consensuados y determinados, además, su costo-beneficio, y no, burdamente; decidir primero y luego consultar. La lectura presente y pasada, nos descubre imperfecciones y exageraciones; el futuro no tiene que ser así; necesariamente.
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