Concepto muy mediatizado, a propósito de un rescate, a unos trabajadores, de una explotación minera informal, que recientemente sufrieron un encierro forzado, y que luego fueron “rescatados”. No más de esta noticia; paso a una reflexión sobre minería que tiene que ver con lo formal, informal, conflictos, secuestros, depredación, destrucción, explotación, evasión, canon, óvolo voluntario, exportaciones, contribución al PBI, política de inversiones, concesiones, licencias sociales, consultas previas, etc. Vale tanto la minería, que es necesario tenerla en boca, oídos y mirada, más por lo negativo, que lo positivo y contributivo a nuestra economía, sociedad y país en general; creo que no; escavemos el socavón.
En nuestro formato gubernamental, es el Estado, a través del Ejecutivo, quienes proponen una política sobre inversiones y sus sectores, llámese Ministerios, los que ven el tema en especifico; luego, los Gobiernos Regionales, quienes con mayor detalle, disponen de un plan de ordenamiento territorial, priorizando usos, roles y funciones, tan necesarios para pensar en crecimiento y desarrollo. El ejecutivo y legislativo, establecen las normas adecuadas, inscritos en principios democráticos y marcan instrumentos de gestión como son, presupuestos participativos, licencias sociales, y hoy, consultas previas. Visto así, el Estado en sus instancias y competencias, establece las reglas de juego, los inversionistas toman decisiones y la población tiene participación democrática; todo basado en un modelo económico, con una opción y estrategia política definida.
Pisando suelo y metiéndonos en el socavón, lo cierto es que, a la luz de todo lo visto, el Ministerio de Energía y Minas, poco ha coordinado con el de Ambiente, los Gobiernos Regionales no definen fronteras con el Gobierno Central, el Ejecutivo mira de costado al Legislativo, a la Sunat, parece que le interesa más la recaudación fácil y no ir a buscarla, sabiendo que hay mucho más por cobrar que recibir. De otro lado, desde la política interna y casera, hay un nuevo filón, que precisamente no es minero, y es la oportunidad de hacer suyo el tema minero, pero desde la política, con vocaciones ecológicas y con guiones más de conflicto que de consenso.
Lo cierto es que encontramos situaciones nada funcionales, informales y conflictivas. Las condiciones para su gestión están dadas; la población tiene, los presupuestos participativos, licencias sociales y consultas previas, el inversionista, un país en crecimiento sostenible y con ansias de desarrollo; de parte del Estado, una macroeconomía en azul, buena imagen y posicionamiento expectante; por lo tanto, ¿dónde está el problema? Es lógico suponer que resulta prioritario, formalizar la economía minera que está al margen de todo; así, creo que todos ganamos, tanto con exploraciones, explotaciones, transformaciones, aportes y valores agregados; acorde con nuestras capacidades, tecnología, posibilidades y estrategias de crecimiento y desarrollo. La historia negra de la minería, tiene que volverse verde y azul y no necesariamente, roja.
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