martes, 6 de diciembre de 2011

LA OPORTUNIDAD DE UNA DECLARATORIA DE EMERGENCIA

La constitución nuestra y la de muchos países del mundo, contemplan a la declaratoria de emergencia,  como un  instrumento  jurídico  aplicable a  situaciones   que  atentan  contra el orden y estabilidad, que muchas  veces, puede derivarse en  expresiones  y  manipuleos  intencionalmente políticos. Aplicar este procedimiento, no debería  sorprender, en tanto que  todos  tenemos  el  derecho  y otros el deber, de  tener y mantener la tranquilidad  social.  el  escenario,  las  circunstancias de coyuntura, los actores, o  simplemente  los “ manejos”,  pueden  generar  situaciones  de conflicto  con efectos  muy  mediáticos, que pueden tornarse complicados en su manejo y gestión; además,  nos  hemos  acostumbrado a  tener  y estar en  reiterados sobresaltos, tanto  sociales, como  políticos;  de allí  que,  no basta    la solución  de los conflictos,  sino,  trabajar  la prevención de  los mismos.
La  oportunidad  de  una  declaratoria de emergencia, implica   darse  cuenta de  fallas  que se dan en las  situaciones de conflicto, una de ellas  es  la de tipo comunicativo, estas  fallas   tienen que ver con  la  emisión y  por  supuesto la  recepción  de información.  Por ejemplo, el  discurso  del Presidente Humala, en condición de  candidato, ha dado  un  giro  respecto  de su discurso  como  gobernante,  de allí  la frase: una cosa es con guitarra y otra con cajón;   se  plantea  como  inicial  reclamo, el  cumplimiento de la promesa electoral,   no se pauteo  el discurso  usando  la variable tiempo, en tanto que no se indicó  que  una gestión  gubernamental  no  es  de  cien días, sino de cinco años.   Luego se  propone  una agenda  que relaciona la gestión  con fondos que  provienen de  la minería; de otro lado, se evidencia la  ansiedad  histórica por insatisfacción de necesidades  cuya  expresión  es  la pobreza  extrema; esa  es  una marca nacional, ese  es un  sello  histórico que necesitamos borrar.  Por lo señalado,  plantear  conceptos,  cifras  e intensiones  claras, debe ir  de obligado,   también  vale, saber  escuchar y entender,  porque  mucho de lo señalado  depende del  cómo hacerlo, o sea la  gestión,  cómo  asentarlo en el tiempo a efecto de monitorear  su ejecución y  por supuesto ver resultados; además  saber que las fuentes  de financiamiento,  tengan   sostenibilidad y así manejar horizontes seguros. Visto así, lo que se quiere es darle sentido a una  gestión, ojo, que no solo  es responsabilidad  del Gobierno central, lo es también, de los Gobiernos regionales y locales.  
La oportunidad de una emergencia, implica informar sobre conceptos que muchos peruanos   manejan  de manera nada adecuada. La historia negra de la minería en el Perú, es tan cierta como la historia del agua, que no es tan bendita. El tema  agua  ha sido tan complicado como  el tema  minero, los dos  han  generado conflictos, juntos y por separado. Tampoco se trata de llevarlos al dilema de que uno si  y el otro no; tampoco  es adecuado martillar la estrategia que los  dos  pueden  estar juntos  o  necesitan estar juntos, hecho  sobre la base de una escasa  e  inadecuada  información,  que, dicho sea de paso,   poco se sabe y  entiende.   los temas que tienen que ver con gestión, estrategias, sinergias, responsabilidades, etc., terminan  siendo politizados; de allí  que  los desenlaces  y los resultados  de estos  manejos,  mal   llevados, tratados  y gestionados,  se tornan evidentes  por sus  efectos, nada buenos por cierto.

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