martes, 6 de diciembre de 2011

INCLUSION SOCIAL CON MEDICION.



Los  logros de una gestión gubernamental,  visto en  cifras y expresado en  discursos,  generan  a propósito, todo un efecto mediático, provocando  todo un imaginario que muchas veces no es  más que una ilusión económica, social y política. de otro lado,  lo no cumplido, desatinos  y errores, es medido políticamente a través de ácidos discursos, señalados  más para resaltar  hechos y circunstancias, que  tratan de mostrar  un resultado  nada  bueno o simplemente no esperado.  Lo  cierto  es  que,  estas  formas de ver y analizar gestiones,  pasa  por  no  tener  y  establecer  una línea de base  que haga  evidentes  las diferencias de gestión.  Esta  es  una mala  costumbre,  intencionada por cierto, de  no  dar cifras de inicio, menos de final, tratando casi  siempre de ocultar o resaltar cifras  a conveniencia.    La información adecuada  en el tiempo adecuado,  ayuda en la  toma de  decisiones,  tanto en lo económico, social y  productivo,  en el caso de los electores,  nos ayudaría   mucho a  tomar  decisiones de tipo político.
La escala y competencia de las cifras, sus manejos, explicación e interpretación,  viene desde el gobierno central, pasa  por el regional  y termina  en  los gobiernos locales. Es  fácil  para estas instancias de gestión,  manejar  cifras  para  un  discurso, en  el   entender  que,  de  no  tener nada  o  poco, a decir  ya  se  tiene, aunque  sea  el  inicio de algo o puesta  de primera  piedra, ya  es   un  logro.  Al respecto  hay un viejo dicho que dice, que  puede perder  el esclavo, sus cadenas, que puede ganar, todo;  lo poco  es  mucho,  en una larga  historia de insatisfacciones. La pobreza  nuestra,  tiene un indicador más  hiriente,  que  es el  de la extrema  pobreza, un logró sería superar  esta pobreza  extrema, pero  el  siguiente paso sería,  superar  la pobreza.
El tema de la inclusión social, primero como estrategia de campaña, luego como estrategia de gestión, sale a borbotones, no por cifras, sino por evidencias,   producto de discursos que todo lo pintaban de azul, con indicadores de crecimiento sostenido, reservan internacionales con record  histórico, crecimiento  del   PBI, imagen de  país,  inversiones, etc., pero,   realmente nada o poco relacionaba con condiciones de vida de la población.  Cierto que esas cifras dan cuenta de una  gestión  acertada en propósitos macroeconómicos; pero cierto  es también, que  encontramos a ciudadanos  de a pie,  a  los  del  día  a día,  a los  sub ocupados y desempleados, a  deficitarios de kilocalorías en la ingesta diaria de alimentos, en condiciones poco logradas y mejoradas;  allí  las cifras, existen pero  no se dicen ni resaltan, se crean e inventan logos y estrategias para cada hecho y circunstancia, el  chorreo es una de ellas, la plata llegará, otra;   hoy tenemos a la inclusión social,  como  reivindicación de los excluidos, propuesta  hecha  sobre  un discurso de crecimiento  tan  azul como el cielo, pero que aquí en la tierra   tiene un color nada claro todavía.
Pronto el  Acuerdo  Nacional cumplirá su década de existencia,  su presidente exige  miembros más representativos y mayor convocatoria social, creo que debemos  exigir un acuerdo, al  Acuerdo Nacional que debería  ser, tener mejor medición, con  líneas de base claras y diferenciadas, para así poder pretender saber y lograr objetivamente, la ansiada inclusión social; no solo con crecimiento, sino además con desarrollo.

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