jueves, 25 de agosto de 2011

CUESTION PREVIA PARA LA CONSULTA PREVIA



Aprueban por unanimidad la ley de consulta previa, derecho contemplado en el convenio 169 de la OIT; este es un instrumento jurídico vinculante ratificado por muchos países, incluido el Perú.  Las bancadas parlamentarias destacan este hecho en el sentido  que se ha atendido una deuda histórica que el Estado tenía con los pueblos indígenas y originarios del país;  un congresista nativo,  miembro del  partido de gobierno, consideró que la aprobación es un acto de patriotismo y demuestra que la inclusión puede darse en el país. La primera lectura de este producto parlamentario da cuenta que, no dejaron que los aplausos inclusivos se los lleve Gana Perú, el tema se lo hicieron suyo,  todos.
No tengo la intención de analizar la iniciativa legal desde el punto de vista del derecho, no soy abogado, pero creo  que es necesario tener una mejor percepción de escenarios, actores, procesos, iniciativas y estilos; para lo cual, enfoques que vienen  desde    las ciencias sociales,  nos va a permitir comprender nuestra naturaleza y dinámica social;  una  consulta previa bien  trabajada,  informada y comunicada, debe de ser  un previo real  y objetivo,  posibilitando así  decidir y culminar el proceso al que fue sometido; en el entendido, que todo se   ajusta  a criterios de equidad, reciprocidad, responsabilidad, beneficio, y de hecho  también, excluyendo todo opción de irracionalidad, destrucción, depredación, explotación, etc. Visto así cabe la pregunta obligada,  tenemos   condiciones, o  están las condiciones dadas para hacer  de esta norma un buen instrumento de gestión.
Un autoanálisis de peruano en su condición de habitante, poblador, sujeto, ciudadano, nos da probablemente pocos elementos de sintonía,  concordancia o identificación; por razones de imagen país y civilidad, se incorporó a la masa electoral en condición de votantes, a  analfabetos y mujeres, luego para tener  más votantes, se bajó la edad de inicio ciudadano de 21 a 18. Conceptos como ser nación, todavía no están al alcance,  por no  ser un país integrado y articulado, nuestra geografía planteó el determinismo de ser un territorio de norte, centro y sur, de costa sierra y selva, pero no asumimos el reto de unificarlo bajo criterios mínimos de cultura local y  regional pero con identidad nacional. Nuestro mestizaje de lectura amplia, como idiomas y lenguas, variada etnicidad, creencias religiosas, folklore de creación propia y fusionada, economía y sociedad con indicadores de pobreza extrema, naturaleza diversa con producción poco diversa, marca  nuestra condición  de ser todavía primaria-exportadora. Además cabe indicar que, derechos consuetudinarios prehispánicos fueron trastocados con sistemas de encomiendas y reducciones, luego reivindicados con formatos de comunidades campesinas, y recientemente la sociedad política incorpora en su vocabulario, términos para ellos, conceptos históricos para nosotros como, indígenas,  originarios, grupos étnicos, nativos, etc.
Nuestra historia de procesos,  identifica  corrientemente situaciones de normas planteadas pero no trabajadas previamente para su consecución, la reforma agraria de Velasco, otorgó la tierra a los campesinos, pero no trabajó  su manejo, posesión y  gerencia, consecuentemente,  terminaron luego comiéndose las ovejas. Por lo dicho y  otros  indicadores no mencionados, no somos todavía de consensos y acuerdos, no tenemos cordón umbilical que ligue nuestra condición de peruanos, hemos hecho más práctica de intolerancia, los monólogos superan al dialogo, en fin. Esta es una cuestión previa a una consulta previa.


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