jueves, 18 de agosto de 2011

CONSEJO ECONOMICO SOCIAL


Personalidades,  serían  convocadas  para  ser  parte del CES, más no, instituciones que  representan colectivos  que forman parte  de la sociedad civil. Este Consejo, no es una extensión ni  remedo del otrora Acuerdo Nacional, creado y visionado con otra lógica;  creemos necesario   plantear  el  escenario y actores, para hacer que el CES, sea un ente con un nivel de asesoría presidencial y sectorial, que de sentido a la estrategia de crecimiento económico con inclusión social.
El escenario que necesitamos entender para ver desempeño de actores,  nos refiere a saber que somos, para lo cual tenemos indicadores  como: producción (que, como, donde), los  sectores económicos (dinámica pensada en una tabla insumo-producto, tanto regional como nacional), vocaciones de fácil identificación histórica, así como  productos bandera, que mejor sería referirnos a  marcas nacionales y regionales. El escenario necesita una aclaración  de roles: el  perfil de inversiones  y  estabilidad  de parte del gobierno central, promoción de inversiones y coberturas de parte del gobierno regional, los servicios necesarios a cargo de los gobiernos locales, la responsabilidad social del sector empresarial privado,  finalmente, una sociedad civil comprometida con un rol de actor participante.
La estrategia del crecimiento económico, tiene que ir de la mano obligada con políticas de desarrollo. Necesitamos tener claro un plan de desarrollo con  tendencias claras, porque lo sostenible y sustentable  marca tiempo y rendimientos, indicadores necesarios para que el  Estado, Capital y Trabajo, efectivicen una sinergia que es sustento del Consejo Económico Social. En ese sentido, la normativa del Estado, las inversiones y gerencia del Capital, con las capacidades del Trabajo;  deben de  ser parte de una estrategia concertada, donde  el empleo no friccione con la tecnología o, la licencia social, paralice emprendimientos, por ejemplo;  aquí, los actores de esta sinergia triangular, necesitan encontrar  espacios de acuerdos.
De otro lado, la creación del Ministerio de desarrollo en inclusión social, es el espacio de las políticas sociales, donde las necesidades insatisfechas con un historial más de mantenerlas  que de superarlas,  han provocado de parte de la actual gestión gubernamental,  la  obligación de tener un  aparato ejecutor que marque diferencias con estilos y experiencias anteriores. La inclusión busca tener efectos mediáticos de gestión, que basa su fuente en el crecimiento económico;  el CES,  puede ayudar mucho  en su condición de asesor de alto nivel, asumiendo la idea que su constitución orgánica (actores), tenga claro lo que somos, podemos y lo que el gobierno quiere. En este escenario y en estas condiciones,  la priorización cobra interés e importancia, tratando de no caer en asistencialismos que generan más gasto que inversión social.
Finalmente, nuestra historia económico-social-productiva, tiene muchos intentos registrados de pretensiones basadas en generar acuerdos; porqué no se tuvo  éxito, sencillo, no hubo trabajo  previo; requisito  necesario para tener escenarios y actores dispuestos a cumplir un libreto consensuado y legitimado. No hemos intentado en serio, construir nación, tener  identidad;  son pocos los elementos y componentes que  vinculan nuestra condición de pobladores, habitantes y ciudadanos  en nuestro  país. Hemos  alimentado  más intolerancia que consenso;   hoy  aparece un nuevo reto.  El CES,  necesita  inteligencia, autoridad y legitimidad, visto así, la voluntad política busca un buen encuentro con la realidad, es justo y necesario.

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