Todo parece indicar que tenemos problemas de seguridad, lejos de estar, caminar, acompañar, usar y sentirnos tranquilos; estamos entrando en una paranoia del delito, en la cual todos reportan, mencionan, comentan, analizan; pero no se ve acciones concretas de cómo, evitarlo, remediarlo, minimizarlo o finalmente erradicarlo. La inseguridad ciudadana tiene que ser enfocada y enfrentada; los actores protagonistas de esta anomia social necesitan saber que el escenario está en condiciones de ser actuado debidamente, la oportunidad está planteada de tal manera que, nuestra vida social y económica, no pase a convertirse en una comedia de equivocaciones, ni menos una tragedia.
Quienes son los actores; de un lado tenemos a delincuentes de a pie y con movilidad, conductores de taxis que hacen servicio express del secuestro, asalto y agresión, muy cerca tenemos a las combis que hacen, de la tortura, riesgo y conflicto un sistema de trabajo. Comercio y servicios de todo tipo que reclaman tratos formales, pero operan informalmente generando entornos que lindan con lo camuflado, escondido, caleta, o simplemente peleando con la ley y la norma. De otro lado tenemos a invasores de terrenos con dueño o sin dueño, que fungen de dirigentes, casi nunca abocados a menesteres de problemática urbana, pero con eficientes estrategias de negocios más electorales y de intereses particulares, que muy bien pueden ser sociedades anónimas cerradas a la transparencia, además de tener prácticas coludidas con formas violentas. Es evidente que debemos de tener un mapa del delito, que si damos color a todo aquello que transgrede, atente, viole, etc., nos debe de salir un colage multicolor, que colorea todo nuestra ciudad tanto en el espacio público, como privado.
Dirán ustedes que no todos los actores mencionados son lo que estamos refiriendo, es cierto; pero, han visto alguna acción de limpiar imagen, mejorar condiciones de operación y servicios de cada uno de ellos, respecto de ellos mismos, sencillamente no. Como estan manejando estrategias de prevención del delito de parte de la Policía y la Fiscalía de Prevención; como se está manejando las competencias del Gobierno regional, provincial y distrital, todos ponen serenazgos, como deben de manejarse los espacios de acción del Ministerio del Interior con Justicia. Lo cierto es que la seguridad la asumimos privadamente, enrejando nuestras casas, calles y urbanizaciones, contratamos seguridad privada, cámaras, sistemas de vigilancia; aseguramos además vehículos, negocios, etc. todo ello tiene un costo que se asume privadamente, sin embargo, pagamos arbitrios e impuestos. Como hacer para que el Municipio o el Estado den seguridad, no solo para actuar sino también para prevenir, sabiendo que muchas veces es tan importante anticipar; nos cuesta entender ver al policía o sereno parado en la esquina observando el efecto de los rayos gama sobre las caléndulas al medio día, mientras todo ocurre en su entorno, el tema es, como evitar poder volvernos psicóticos.
A lo dicho queda claro que, referirnos a seguridad ciudadana, implica hablar de acción ciudadana, participación ciudadana, y el tema no pasa necesariamente con más policías, patrulleros, cámaras serenazgos; tenemos muchas expresiones de justicia con manos propias, rondas campesinas con prácticas urbanas; se trata de evitar violencia, inseguridad. La tranquilidad social tiene beneficios en el crecimiento y desarrollo, no es atrevido decir que soluciones hay, pero por dónde empezar.
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