La campaña electoral de primera y segunda vuelta, no tan parecidas, expresaron un discurso dirigido a excluidos del crecimiento económico de parte del candidato Humala; hoy, lo tenemos como Presidente electo; el tránsito de discurso electoral a discurso oficial, supone tener una agenda de gestión; esta es una razón más que suficiente para estar en compas de espera para el 28 de julio, no solo para escuchar una propuesta que debe de marcar la pauta de un gobierno, sino, porque ha generado mucha ansiedad por lo prometido y aquí hay que pasar del dicho al hecho. Para tal efecto, señalamos una agenda que tiene escenarios a ser mencionados como política de acción.
En el escenario nacional, se hace necesario consolidar una política económica que haga sostenible el crecimiento del PBI, promoviendo además sectores que necesitan propuestas de desarrollo como pesca, agricultura, industria, comercio, servicios y turismo; enfocados en la estrategia de cambio de matriz productiva. Importa mucho también resguardar nuestras reservas internacionales; hay que impulsar el desarrollo hacia dentro, procurando además TLC,s con todos nuestros países fronterizos; lo cual obliga a tener una política de fronteras vivas y abiertas para comercio, productos y turismo. De otro lado, es necesario extender el brazo del Estado, hasta el distrito; la atención a regiones y provincias necesita ser integrada y articulada hasta el distrito, mejorando así, coberturas de salud, educación, servicios básicos. El 2011, debe de ser el inicio del quinquenio de la infraestructura y equipamiento; fondos de canon minero, aportes voluntarios e ingresos extraordinarios, deben de ser destinados a integrar y articular mejor al país, lo cual hará posible un desarrollo sostenible. Temas de autopistas, pistas, vías férreas, puertos, aeropuertos, puentes, energía, reserva hídrica, afianzamiento de cuencas, comunicaciones, etc., deben de ser priorizados en gasto, ejecución y resultados.
En el escenario sur peruano, necesitamos tener un desarrollo articulado e integrado con la interoceánica; puntos origen-destino como, Marcona, Matarani e Ilo, deben de tener elementos que los integren en trazo de recorrido transversal y longitudinal. La ubicación estratégica de nodos articuladores en la ruta, Cuzco-Abancay, Arequipa, y ruta Puno – Moquegua, deben de reconfiguran el mapa sur peruano, posibilitando cambiar y mejorar condiciones y situaciones. Importa mucho constituir una autoridad autónoma sur peruano del agua, conformada por: Arequipa, Cuzco, Puno, Tacna y Moquegua; cuya agenda es establecer su uso y gestión, cuya prioridad concertada es el consumo humano, agricultura, industria y minería. En esta misma visión; Arequipa, Moquegua y Tacna, deben de concertar una política de afianzamiento de cuencas con fines de construcción de reservas de agua alta e intermedia y crear así, el sistema interconectado de recurso hídrico y energía.
En el escenario regional, la agenda es seguir mejorando coberturas de atención de servicios básicos de la población. Se requiere entender mejor las competencias de los sectores, a fin de tener participación más efectiva y eficiente en gestión de recursos. Hay que pensar en la construcción de la vía, Arequipa, Chapi, la Capilla, Omate, Quinistaquillas, Torata; este debe de ser acto concertado entre los Gobiernos Regionales de Moquegua y Arequipa, esta es una excelente posibilidad articuladora con la interoceánica, tanto con el ramal Ilo, como la binacional a Bolivia. Esta agenda de escenarios es parte de una propuesta mayor; el tema implica iniciar una ruta que nos lleve del crecimiento al desarrollo y así poder incluir a más peruanos.
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