El turismo es una actividad con categoría económica, social y cultural, que responde su acción por lo que se tiene y puede mostrar, pudiendo hacer de ello, algo sostenible con efectos beneficiosos en ingresos, empleo, utilización de recursos, etc. El turismo en el Perú es una actividad reciente, a pesar de todo lo que tenemos, que poco a poco ha ido haciendo conciencia de potencialidades y capacidades; faltando agregar, gestión a esta intencionalidad. Es de suponer que recursos, atractivos y productos turísticos, dan sentido a querer ser un destino turístico importante; contar con un Ministerio propio, es un atractivo necesario.
Veamos lo que somos y tenemos. 10,000 años, son toda una vida de expresiones que hoy los vemos en lectura arqueológica, arquitectónica, histórica; las huellas de ese pasado pre Inca e Inca nos marcan metro a metro esa presencia. El mestizaje y sincretismo colonial hizo lo propio incorporando expresiones de religiosidad que hoy los tenemos como arte, arquitectura y práctica religiosa. Todo este proceso generó una cultura viva que sigue activa con su música, danza, vestimenta, creencias, ritos, sabores y olores de una culinaria y gastronomía que va cobrando posicionamiento desde cocinas regionales, hasta la gran cocina mundial. Este es un campo de expresiones humanas tan rico y diverso como lo es nuestra geografía; y en ese sentido, entramos a otra área que tiene características sui generis, que es nuestro patrimonio natural. Parques nacionales, reservas y santuarios nacionales, muestran un paisaje natural pintado al detalle, en donde ran parte de la biodiversidad existente en todo el planeta la encontramos aquí; el Perú es un cuadro de encuentro con la naturaleza, donde la imaginación cobra vida. Este patrimonio natural, monumental, artístico, cultural lo hemos ido incorporando en nuestra legislación protegiéndolos de todo efecto destructor y depredador, además porque querer ser destino turístico obliga a ello.
Nuestros innumerables recursos, lectura amplia y diversa, necesitan ser convertidos en atractivos, para lo cual no solo es decirlo, sino hay que inventariarlos, evaluarlos y jerarquizarlos; estos necesitan tener condiciones para su accesibilidad y gestión. Pasar a la fase de tener productos turísticos, implica mayores incorporaciones en términos de servicios, acondicionamientos y además gestión profesional. Siguiendo con la secuencia, ser el Perú un destino y tener dentro destinos turísticos, es una escala mayor que necesita incorporaciones que marquen sostenibilidad y sustentabilidad de gestión de todo el sector. Nuestra incorporación en el circuito mundial del turismo obliga a tener gestión especializada a través de un sector gubernamental independiente y no parte cómo vice ministerio. Tenemos patrimonios reconocidos por la humanidad y hemos incorporado otro galardón y a su vez responsabilidad, como lo es la maravilla de Machu Picchu.
Una ley general de Turismo, normativas que tengan escalas de competencia que vaya del Gobierno central, regional y local en capacidades de promoción, protección, regulación, operación, etc.; concordancias de reglamentos para hoteles, restaurantes, agencias, guías, transporte, etc., acuerdos concertados con operadores privados, centros de formación de profesionales en turismo, desactivación de autoridades autónomas y construcción de entes vinculantes entre Ministerio de Cultura, Ambiente y sector Turismo, deben de ser referentes obligados para el manejo del sector. Por esto y muchas cosas más, Turismo necesita un Ministerio.
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