sábado, 31 de enero de 2015

MÁS SEGURIDAD





“La seguridad ciudadana, tiene que ver, con todas las expresiones que dan vida a lo económico, productivo, servicios, social y cultural,  tanto público como privado.  La dinámica de la (in)seguridad ciudadana, se torna manifiesta en tanto que el crecimiento económico ha generado  aumentos  patrimoniales, signos exteriores de riqueza y mayor velocidad en consumos; esto en el lado visible de las exteriorizaciones, pero a la vez, nuestros  indicadores de desempleo, subempleo, extrema pobreza, insatisfacción de necesidades, etc., marcan la otra cara de la moneda. La mejora de indicadores y condiciones económicas, no es  justificativo  de  aumento de inseguridades, traducido, delincuencia”. Texto dicho en esta columna tiempo atrás, hoy, ante tanta barbaridad de opiniones y acciones, resulta oportuno aclarar conceptos. 
La seguridad ciudadana es una política de Estado, para lo cual existe el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y tiene un nuevo reglamento. Se hace necesario trabajar la prevención de la violencia y el delito, para lo cual vale preguntarse: ¿Cómo plantear el observatorio del delito, el mapa del delito con sistemas geo-referenciados y la capacitación del personal; cómo trabajar las audiencias como espacio para la consulta permanente ciudadana a través de lo que la gente pide y sugiere; cómo hacer una evaluación de desempeño a todo nivel, cómo trabajar los sistemas de comunicación con sistemas de respuesta óptimo e inmediato, cómo trabajar planes de seguridad homologados y que tienen que ser aprobados por los Concejos Municipales?  Por ser política de Estado,  los Gobiernos Regionales pueden también crear la Gerencia de Seguridad Ciudadana, la cual tendría que ser aprobado por su Consejo Regional, obvio, previa presentación de plan de trabajo homologado.  De lo que se tiene que hacer, ¿por dónde vamos?

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