Cuál es la condición de país; en
el tema de vivienda, tenemos que la
precariedad de muchas de ellas es su expresión más llamativa, son productos de
invasiones, de estar hacinadas, tener materiales reciclados y no adecuados en
su confección y apuntalamiento, así
mismo, las instalaciones eléctricas no son de lo mejor y el uso de
combustible, es de lo más riesgoso por su manipulación. Otro sector de riesgo
permanente es el comercial, lo tenemos
desde centros, mercados y mercadillos, donde la lectura de la inseguridad se
ve traducida en aforos, pasillos y
pasadizos de los más angostos, sistemas eléctricos, mal planteados y generalmente sobrecargados,
sistemas de almacenamiento que vale para todo, sin criterio de selección,
separación y previsión de riesgos. El espacio público es otro escenario
altamente riesgoso, por tener un parque automotor, tanto privado como de pasajeros,
no controlado, no cumplidor de reglas y que asume que las calles son la selva y
es la ley del más fuerte. La estadística
de accidentes con muertes incluidas, es de lo más alta. En fin, nuestra lectura
de país respecto de “riesgo”, es mucho más y no tiene nada de bueno.
Si la condición de país, es de lo
más precaria y riesgosa, si la condición del Cuerpo de Bomberos, en
infraestructura, equipamiento, logística, presupuesto, es también inadecuada;
suena dramático decir ¿y ahora, quien podrá salvarnos y ayudarnos? Así como los
mineros hacen aportes voluntarios y obligados, que derivan en canon y son
usados específicamente por norma; las “empresas aseguradores” que operan en el
país, debieran de tomar el tema de los
Bomberos como suyo, con un aporte voluntario que permita poner a buen nivel su
operatividad y sostenibilidad.
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