Es ya conocida la afirmación de que cada vez que hay elecciones políticas en nuestro país y región, aparecen muchos “partidos y movimientos”, todos en la posibilidad de querer acceder al poder de gobernar en cualquiera de las instancias del Estado que tengan que ver con elecciones.
Es ya conocida la afirmación desde la política referida a los juegos de la democracia o pseudo-democracia, veamos: los países llamados “desarrollados”, tiene en si lo que se llama el Bi-partidismo, o sea, son dos importantes partidos políticos los que permanentemente se disputan las elecciones; hay también de los llamados Uni-partidismo, ejercicio visto en “países totalitarios”, o en los denominados socialistas o comunistas, hay además los de formato Multi-partidismo, o sea, la cantidad es el identificador electoral, allí se encuentran básicamente los “países en vías de desarrollo”. Ojo, no he utilizado denominaciones de países del primer, segundo o cuatro mundo, nada que ver.
Es ya conocida nuestra historia electoral; las estadísticas muestran en cada elección, trátese de las presidenciales y congreso, así como las regionales y locales, un común denominador es, la “cantidad de partidos y movimientos”; hay los que son debut y despedida, que son frecuentes, los outsider, no sigo pero, el desprestigio de partidos tradicionales y aparición de movimientos regionales y locales, dan clara muestra del poco trabajo político y un ejercicio de ciudadanía todavía frágil y débil.
Es ya conocida la frase, para la próxima será mejor. No, la democracia necesita de instrumentos de gestión que ayuden a evitar “conglomerados y dispersiones”, donde el que tiene una voto más gana, pero con un porcentaje bajísimo de electores. “La valla electoral” puede ser un buen comienzo, subámosla y evitaremos la cantidad.
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