Por fin se llegó a un punto de encuentro entre el Gobierno central, representado por el Ministro de Transportes y Comunicaciones y el Gobierno local, representado por el Alcalde de nuestra ciudad. Cuando el Ministro menciona como furgón de discurso, la posibilidad del tren urbano para Arequipa, está muy cerca de lo que metodológica y estratégicamente, se propuso como una alternativa de movilidad urbana. Usemos como referente la dación del D.L. 651 (Liberación del mercado del transporte). La autoridad municipal, con la elaboración del Plan Director de Desarrollo Urbano, “debió” haber elaborado el Plan Metropolitano de Transporte; sencillo y claro, hoy tendríamos en debate y posiblemente hasta en ejecución, alternativas de transporte masivo como el tren urbano por superficie (usando la línea actual de Yura – Zamácola – terminal - derivaciones), el tren elevado, el tren subterráneo, el de buses rápidos (BRT conocido como SIT), las subredes de alimentación a cualquiera de estos, así como el transporte sobre cepas por encima de las torrenteras, idea que propuso el Ing. Sergio Artieda.
Lamentablemente, llevamos más de dos décadas hablando de “oferta”, cuando desde un inicio tubo que enfocarse el tema desde la “demanda”; es que, plantearlo desde esta variable, la demanda, se determina el tamaño, la forma, la calidad y los tiempos de lo que se quiere “ofertar”, es decir, del transporte que necesitamos, no así, lo que se les ocurra a cada autoridad o supuestos equipos técnicos. La paradoja surge cuando el “Plan Director vigente”, parte del concepto que a Arequipa le corresponde un esquema de desarrollo “longitudinal” sobre un gran eje que va desde el Cono Norte hasta Socabaya, cuando en realidad, en términos funcionales, es decir, de transporte, la movilidad urbana se da en un esquema totalmente “radio céntrico”, la paradoja, pone en cuestión el diseño del actual proyecto SIT, el cual no estaría respondiendo a la demanda real y por tanto, afecta su rentabilidad, sostenibilidad y funcionalidad.
Reitero un concepto marcado en un anterior artículo relacionado con el tema; actuemos como los “países ricos”: hay que gastar con eficiencia, planificando el desarrollo; no como los “países pobres”, que por no planificar gastamos tres veces: cuando construimos mal, cuando demolemos y cuando volvemos a construir.
Esta es la mejor oportunidad que tenemos para resolver el transporte desde un Plan Metropolitano de Transporte. Todos los indicadores, sean, poblacionales, económicos, productivos, servicios, comerciales, logísticos, culturales, etc., nos marcan procesos y tendencias, las cuales, con criterio de sostenibilidad y sustentabilidad, indican cual debe ser el crecimiento y desarrollo de Arequipa, o sea, querer ser una ciudad funcional y amigable, con calidad de vida y buenos soportes, tanto de infraestructura, equipamiento y servicios, los cuales deben ser planificados para una metrópoli de tres millones de habitantes, ojo, hoy tenemos un millón. Creen ustedes que alguna vez veremos la salida del túnel, cuestión de luz o de brújula.
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