Se está volviendo reiterado el planteamiento de cómo el norte del país, está en un esquema de crecimiento que le posibilita buenas condiciones hacia su desarrollo; aquí en el sur del Perú, estamos en un rollo de incapacidades, comparaciones e intolerancias, lo que obviamente no permite dedicar esfuerzos y tiempo para generar y ejecutar estrategias de un crecimiento sostenible, y con ello, tener mejores posibilidades.
Este imaginario escenario de la macro sur nos cautiva a los que creemos en estrategias integradas y articuladas y que estas vayan marcando una ruta que tenga en sí componentes funcionales, vocación a desarrollos sinérgicos, sintonía adecuada, óptimas capacidades, tener claro los roles de la gestión pública así como de lo privado; se trata de evitar que caigan en la tentación de las vías diferentes, contrariamente, queremos que sean parte de la “autopista”; por ejemplo, sería bueno que la sociedad civil tenga un status, no de complemento, si no de compartir responsabilidades.
Una buena disculpa para comenzar alguna vez, es justamente la interoceánica; hoy tenemos esta vía que va a permitir a Brasil, tener más cerca mercados asiáticos y a nosotros, acercarnos a ellos más y mejor. Los inicios-destinos, como son el puerto de Marcona en Ica, Matarani en Arequipa e Ilo en Moquegua, definitivamente van a cambiar nuestro mapa económico, productivo, servicios, logístico y social. Los retos, las potencialidades y posibilidades reales nos están tocando la puerta cada vez con más insistencia. Veamos al turismo en la macro sur, por ejemplo, que tenemos desde la frontera con Brasil: las reservas del Manú y Tambopata, Puerto Maldonado, Cuzco y sus entornos, Puno y sus entornos, Arequipa y su Valle del Colca, a esto tendríamos que agregar la ruta de Moquegua a Tacna y Chile y la que va por Cuzco-Abancay a Nazca-Ica. Este turismo es de naturaleza, aventura, arqueológico, histórico, folklórico, gastronómico, es diverso en su demanda y oferta; cierto que tenemos que reconocer que nos falta trabajo en calidad, infraestructura y equipamiento, pero cada vez vamos profesionalizando más el servicio. El turismo es un buen articulador de este imaginario macro sur. Así como hemos utilizado como referente al turismo como actividad económica, la lógica juega también con los otros sectores. ¿Vamos a eternamente ser productores de materias primas con vocación de exportación (sello de primario-exportadores), vamos siempre a tener una agricultura con bajo valor agregado, tener una industria más de bienes de consumo no duraderos; un sector terciario, donde los servicios y comercio se presentan como una alternativa ocupacional inmediata porque no exige mucho requisito de formación y capacidad?. Creo que no. Pasar del imaginario a la realidad, es el reto.
En este imaginario sur peruano, cada región sabe lo que tiene y lo que pueden hacer solos, buscar coincidencias mejora indudablemente todas las posibilidades, hagamos que sea posible.
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