Majes-Siguas II aparece como la manzana de la discordia, un proyecto integral importante pasa hoy por lecturas técnicas, productivas, económicas, sociales, políticas, legales, judiciales, estratégicas, electorales, etc., creo que no le va para tanto, pero, en fin, que más le puede suceder. Majes-Siguas II, compete y compromete al desarrollo de la región Arequipa porque se articula e integra con otros sectores que contribuyen a modelar infraestructura y equipamiento de futuros ejes de desarrollo; ¿lo entenderán así, sus defensores y detractores?
En las pampas de majes, se trató de habilitar 56,000 hectáreas en la primera etapa para lo cual se invirtieron arriba de mil millones de dólares. Hay 38 mil hectáreas que están del otro lado del rio que quieren incorporar para la producción, o sea, la versión II del proyecto.; si se dejan como están las pampas, no pasa nada, si se quiere hacerlas producir, hay que llevar el agua hasta allí, precisamente es el agua la que no está a la vuelta de la esquina, que tiene otra ruta y hay que derivarla, cambiando así su rumbo y destino. El proyecto implica desarrollar agricultura con complementos y agregados, también generar energía; creyera que el costo-beneficio apunta más a lo hidroeléctrico, que es más rentable por donde se le quiera ver, pero, lo cierto y evidente son las dificultades por el uso del recurso agua, entiéndase desde la captación, represamiento y derivación.
Majes-Siguas II, tuvo la (des)gracia de ser propuesto como una mega obra de parte de la actual administración regional, ojo, fue parte de su propuesta electoral en la campaña de su primera elección, en la segunda (re)elección, también fue propuesto; con el agregado que, el Presidente Humala, en una de sus tantas ideas, sostuvo que debería ser un proyecto bi-regional, o sea, compartirlo con Cuzco; allí se terminó de rematar el antiguo y añorado proyecto, originalmente propuesto el año de 1955. Al mal manejo de la estrategia y debido proceso, se le sumó las pretensiones de los cuzqueños. Creemos que el agua complica y genera tantos conflictos, como los emprendimientos mineros observados.
Finalmente, ¿Se han puesto a pensar, no en las 38 mil hectáreas, sino en mucho más, pero no en Majes-Siguas II, sino en otros espacios para la explotación agrícola? La cantidad de agua, de nuestra vertiente, que termina en el mar es impresionante, sistemas de represamiento intermedio y bajo serían una buena alternativa para la solución de la ampliación de nuestra frontera agrícola. Que los Cuzqueños aprovechen bien el agua que va donde ellos, aquí podemos juntar y represar más de lo que pueden imaginarse; son decisiones técnicas que muchas veces no van con los manejos políticos y electorales. La manzana de discordia espera el estudio de balance hídrico, ¿servirá? al tribunal constitucional, ¿le harán caso? ¿Hay una estrategia de desarrollo? Veremos que más le van a hacer.