miércoles, 17 de julio de 2013

VELASCO, BONOS AGRARIOS Y T.C.

“ Que, a más de constituir un instrumento de  realización de la justicia social en el campo, la reforma agraria debe de contribuir decisivamente a la formación de un amplio mercado y a proporcionar los fondos de capital necesarios  para una rápida industrialización del país; Que, por tanto, es imperiosa la necesidad de realizar una auténtica Reforma Agraria que responda al interés unánime del pueblo peruano, a los objetivos fundamentales de la revolución y a las necesidades del desarrollo integral del Perú….. Ley de Reforma Agraria, junio de 1969”,  Hubo un discurso encendido de parte de un Gobierno llamado revolucionario que confiscó y estatizó, queriendo así marcar un hito en nuestra historia, la estrategia principal fueron “las reformas”; no vamos a analizarlas, pero si daremos cuenta de algunos efectos de esas reformas,  hoy las vemos con sello de bonos agrarios.
La Reforma Agraria, planteó temas como: afectación, valorización, adjudicación, no más latifundios, tampoco minifundios, nuevas formas empresariales en el campo, CAP y SAIS, comunidades campesinas, etc. la Reforma financió su ejecución asumiendo la deuda agraria con emisión de “bonos de deuda agraria” por un valor de 15 mil millones de soles. El Banco de fomento agrario era el fideicomisario de los bonos, siendo una de las propuestas, poner en funcionamiento empresas industriales destinadas al pago de las deuda agraria, donde podían “canjear”, bonos por acciones; por lo tanto, los bonos y acciones de fomento industrial, se utilizarían para abonar a los propietarios de predios expropiados. En buen romance, se pagó la deuda a aquellos,  que solamente inviertan en industrias, recuerden líneas arriba, “para una rápida industrialización”; si no se ajustaban a esa estrategia y decisión, simple, esperen que ya se les pagará.
Va el tercer tiempo de la historia, “bonos emitidos por  expropiaciones y que no fueron canjeados por acciones industriales”. Para que tengan idea clara, importantes empresas del parque industrial de Arequipa, fueron generadas por los bonos agrarios, así como lo lee; si cumplieron su palabra, más bien, los que decidieron no apostar por un proceso de industrialización  (estrategia velasquista), “a esperar se dijo”. Han pasado ya muchos años, se plantearon demandas, fueron aceptadas y empezó la judicialización del reconocimiento y pago de los bonos. Hoy, el Tribunal Constitucional  y el tema bonos, entran en un nuevo escenario, con otros actores, con modelo económico, político y social, tan diferente al de Velasco; total, todo viene  de un largo y penoso, para algunos, camino de reconocimiento y pago.
Hoy tenemos un Gobierno  nacionalista, con recuerdos ideológicos del velasquismo, así hicieron su proclama, pero, con un pragmatismo económico muy bien acomodado a las circunstancias y crecimiento. Velasco dijo, se paga siempre y cuando inviertan en industria, no es mala sugerencia plantear hoy, “se paga”, pero si invierten en educación, las capacidades nuestras para el desarrollo, necesitan más capital, gestión y decisión.







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