El sur del Perú, debe adecuar sus estrategias de desarrollo considerando sus potencialidades, conflictos, y oportunidades. Hoy tenemos la vía interoceánica con sus tres destinos, Marcona, Islay e Ilo; la costanera de la Punta de Bombón a Ilo-Tacna, pronto, Matarani-Quilca-Camaná; está el gasoducto, la planta petroquímica, la ampliación de fronteras agrícolas, como Majes-Siguas II; contamos con destinos turísticos de jerarquía internacional, inversiones industriales, comerciales, servicios, etc., a lo que se suma la participación del Estado con el mejoramiento de infraestructura y equipamiento. Estos emprendimientos privados y estatales, deben articularse con las demandas de la sociedad civil en una lógica de construir país. El tiempo, la historia y los últimos acontecimientos en Cajamarca y Espinar nos enseñan que el diálogo permanente, la prevención de conflictos y la presencia del Estado, son primordiales para nuestro desarrollo; es mejor lograr sinergias basadas en las responsabilidades compartidas, que intentar solucionar conflictos después que la sangre llega al río.
El desarrollo del país debe orientarse a lograr una mejor calidad de vida para los peruanos, asumiendo esta tarea el Estado, la empresa privada y la sociedad en su conjunto. En esto, las agendas locales, provinciales y regionales, deben lograr estrategias claras con una mirada hacia dentro y otra, hacia las regiones vecinas que conforman la macro región sur.
Pero… ¿cómo encaja la provincia de Islay en estos intentos, visiones y gestiones?; un inventario de su infraestructura, equipamiento y capacidades, nos da una buena lectura para lo que se proyecta y necesita. Islay tiene, el puerto de Matarani con buena tecnología y vocación multipropósito; un terminal pesquero artesanal; agricultura de valle que necesita ser ampliada y que precisa definir su cartera de cultivos, tanto para uso industrial, como de pan llevar; una industria pesquera, y finalmente, el turismo de temporada, que puede irse más allá del verano. De otro lado, en la ciudad de Mollendo urge acomodar su equipamiento urbano a retos e impactos mayores; así como en Matarani, se necesita ubicar mejor a la población en una lógica de reordenamiento territorial para que tengan un mejor habitad y se pueda ampliar espacios operativos al puerto. Visto en conceptos, Islay tiene pesca, agricultura, turismo, industria, comercio y servicios, que sumados a su infraestructura vial, portuaria y férrea, da como resultado una buena jerarquía de emprendimiento, posicionamiento y capacidad para aprovechar las oportunidades que se le presentan.
Islay, es una de las pocas provincias de Arequipa, con variados componentes para el crecimiento y desarrollo, cae por su propio peso indicar que el componente minero, está y puede ser también un valor agregado. Islay, debe lograr su posicionamiento al ser origen-destino de la vía interoceánica y poder ser, nodo en la costanera de Tacna a Camaná. Islay necesita comprometer actores con su crecimiento y desarrollo, y que estos, asuman gestiones y decisiones inteligentes, levantando la mirada, hacia el escenario de la macro región sur del Perú. Lo cantaba Serrat “…el Sur también existe…”, pero debemos creerlo, nosotros primero.
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