miércoles, 9 de mayo de 2012

DEL PUENTE DE LOS SUSPIROS, AL PUENTE CHILINA



Nuestra Chabuca Granda, inmortalizó al Puente de los Suspiros,  referirse a él, invocarlo o simplemente recorrerlo,  provoca  en los limeños respiraciones inusuales. Aquí, en Arequipa  tenemos un puente imaginario denominado Chilina,  hoy  nos ocupamos de él  por los  bombos y platillos con los que fue anunciado, más no, por arrancarnos suspiros con miradas al Misti. El puente Chilina tiene una  historia que  se remonta a un Arquitecto del  Municipio Provincial que  proyectó y propuso un sistema  de anillos  viales dentro del cual estaba previsto  un puente para la zona de Chilina. Años después, el  Alcalde Balbuena rescató la idea, pero sólo como puente. Posteriormente el Gobierno Regional hizo suyo el proyecto por razones de presupuesto; así empezó el suspiro a la arequipeña, llamado puente Chilina.
Una  ciudad  pensada  en el concepto de CALIDAD DE VIDA, tiene  en primer lugar al ser humano,  su  habitad, dinámica, economía, cultura; a lo ideado, se le  acomoda  entornos, paisaje,  infraestructura, equipamiento, etc., luego de  planear y diseñar el escenario, lo último que se hace,  es construir el puente.  Un orden invertido implica,  tener  que acomodar todo en función  al  puente, cambiando tendencias, pretendiendo dirigirlas hacia ese atractor funcional sin sentido (ubicación), debiendo tener  no  una, sino  otras ubicaciones y otros acomodos funcionales, no solo de uno, sino de varios puentes. Hoy las tendencias  en la configuración del crecimiento urbano de Arequipa, van generando  corredores entre puntos equidistantes, teniendo al Centro histórico como punto medio  y paso obligado. Es de entender,  que el  diseño urbanístico de una ciudad con río al medio, tiene que  ver  necesariamente  con propuestas que marquen los corredores  y  la conexión de ambos lados, lo cual  crea  la necesidad  de tener una costura  urbana,  vía  puentes.  Esta idea de desarrollo de ciudad por tendencia y dinámica, debe marcar visiones y proyectos que por lo visto y hasta ahora, en nuestras autoridades sólo provoca acciones aisladas y suspiros desorientados.
Hoy con bombos y platillos, anuncian el inicio de la construcción del puente Chilina. Ya tuvimos al puente Cenepa, cuya obra quedó inconclusa justamente por cuestiones de propiedad y de habilitación urbana.  Arequipa  necesita  puentes, correcto;  tenemos  de los que no se puede tocar (históricos), de los que se necesita  ampliar para mejorar  flujos,  uno  inconcluso,  y de los que tendrían que estar en función de las tendencias, o sea, nuevos.  No necesitamos puentes  imaginados en mentes ansiosas por arrancar suspiros de aprobación en electores; necesitamos  puentes que resuelvan el tema del transporte urbano en Arequipa con una visión de mediano y largo plazo. Nuestro quinto centenario está  a la vuelta de la esquina, donde indudablemente la población superará los dos millones de habitantes y tendremos más vehículos por cierto, ¿nuestras autoridades habrán contemplado esto?
Esperamos los arequipeños, que el  inicio  de la construcción del “puente”, tome en cuenta todo lo dicho, no sólo pensando en el puente de Chilina, sino en  muchos más; tan  necesarios  para  arreglar la  costura urbana de una ciudad que  necesita   tener un habitad con calidad de vida, ya.

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