No intento hacer una acuarela de Arequipa, pero voy a usar el concepto de color, el cual nos lleva a otra dimensión, que no es precisamente la artística. Arequipa gris, da la lectura del cemento, elemento identificatorio de la industria de construcción; hemos cubierto la ciudad de cemento y asfalto, no ganando terreno al desierto, sino a áreas dedicadas a la agricultura, como nuestra campiña. Decirlo así, obliga a pensar en otro color; Arequipa verde; aquí lo ecológico, define algo que ya parece ser un dato histórico, porque el cemento gris, finalmente, fue ganando espacio al verde vida, cediendo espacio la Arequipa-campiña, al proceso de urbanización, donde migrantes, vieron a nuestra ciudad, como una alternativa intermedia a la de Lima.
Veamos otro color; Arequipa roja, identifica el mapa de la delincuencia, inseguridad, lugares con antecedentes y usos nada “seguros”, tanto para propios como para extraños, llámese turistas. Reconocemos que el tema de la seguridad ciudadana, no es un tema solo nuestro, es un mal nacional, que ya linda con situaciones que ameritan estrategias de prevención y corrección de parte del Estado. El “mapa rojo” de Arequipa, no señala puntos, marca zonas, en las cuales es necesario intervenir; su intensidad va definiendo tonos que no tienden a aclararse. El otro color, tiene una denominación curiosa, “rosa”, que si lo acoplamos a otro concepto, resulta ser, “zona rosa”.
En Arequipa hay un “trabajo sexual”, que se ejerce en “calles”, que no está sujeta a control, y que se pretende ubicar a todos los(as) que laboran en este oficio, en un recinto y espacio adecuado, la propuesta se llama, zona rosa. Creo resumir el sentido de lo que se quiere hacer en nuestra ciudad. También creo que lo que quieren es, una “zona de Tolerancia”, que este lejos de escuelas, iglesias, universidades, etc.; donde trabajadores sexuales, sean mujeres, hombres, travestis y transexuales, puedan tener un entorno y habitad amigable sujeto a sanidad, salud pública y seguridad. El sentido sería, no ser tan atrevida para ser “roja” ni tan tímida para ser “blanca”.
Lo cierto es que lo rojo opaca a la pretensión rosa. La experiencia de zonas rosas en ciudades importantes, tienen que ver con: comer, beber, bailar, comprar, boutiques, hoteles, centros comerciales, sector de encuentro y rumba; son referencias obligadas y puntos turísticos, los tenemos en ciudad de México y Bogotá, por ejemplo.
Por los colores predominantes en nuestra dinámica y habitad de ciudad, lo más recomendable sería, obviamente, la zona de tolerancia, que necesita de rigores y características especiales; porque somos muy peruanos y sobretodo, arequipeños. Las calles y el espacio público, necesitan mejorar su condición, función y sentido amigable, no solo por referencia al trabajo sexual, sus causas y efectos, sino por la delincuencia, visto en todas sus expresiones y dimensiones.
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