lunes, 23 de diciembre de 2013

NO CULPES A LA LLUVIA


La temporada de lluvias no es novedad en nuestra ciudad; enero poco, febrero loco y marzo poco a poco. Arequipa acomoda su crecimiento urbano a formas poco planificadas,  también, a inercias fuera de control que marcan a los “conos”,  como el “descontrol” planificado. La Arequipa, dormitorio,  servicios, comercio,  infraestructura,  equipamiento y logística, no armonizan para nada  con un anhelado y necesario plan de desarrollo urbano; por ejemplo,  las “torrenteras”, por la forma y ubicación, eran los desfogues naturales del agua de lluvia, se las invadió, se las  vendió,  se redujo  su  cauce y para nada se las recuperó  en la idea de tratar de acomodarlas al paisaje  urbano, y no terminar siendo, depósitos de basura o espacios invadidos; este es uno de muchos malos ejemplos de maltrato a la ciudad.
La temporada de lluvias, nos obliga a analizar el desempeño de instituciones de Arequipa que tienen  que  ver con el crecimiento y desarrollo de nuestra ciudad; la ciudad es también territorio de la Región y los Distritos son parte de la Provincia, también el agua y desagüe, la luz, el teléfono y los cables, ellos son parte de este sostenido maltrato a la ciudad.
La temporada de lluvias nos gusta porque limpia las calles y al día siguiente luce diferente y hasta con un olor característico;  pero, el sistema de “alcantarillado” del Centro Histórico, va directamente al  cauce del rio chili y de allí, obviamente a las cebollas y ajos de más abajo;  no solo son los coliformes, los elementos contaminantes, también,  los desechos de llantas. Así no es, no culpes a la lluvia. La reconstrucción de nuestra Ciudad, en todo sentido, es urgente e inevitable.


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