El cementerio general de la Apacheta, administrado por la Sociedad de Beneficencia Pública de Arequipa, fue inaugurado en el año de 1833; ha pasado ya mucho tiempo y hoy lo encontramos casi en el límite de su capacidad. La Apacheta, por los años que tiene, por los que están allí, por su expresión arquitectónica y artística, necesita ser puesto en valor y poder así tener la categoría de Patrimonio Monumental.
La Apacheta, es un libro abierto, un referente urbano, un álbum de fotos, un cúmulo de leyendas, un centro documental, un museo, una memoria, una galería de arte, un lugar donde se encuentran biografías, un espejo de lo que somos, un espacio de encuentro, un recinto donde las tragedias se ocultan y también, una caja mágica por descubrir. Probablemente la Apacheta sea aún más, su vida da cuenta de ello, sus mausoleos, tumbas, cuarteles, sus moradores, quietos vigilantes, esperan ser vistos, recordados, emulados y ciertamente algunos, olvidados.
Para la la puesta en valor de la Apacheta, es importante, convertirlo en un “museo de sitio”, por su arte funerario, riqueza arquitectónica, histórica y artística, haciendo del cementerio, un museo vivo, un santuario, generando un paisaje de vida en un respetado campo santo. La puesta en valor significa, además, construir en el proyectado museo de sitio, el museo: “ritos funerarios del Perú eterno”; espacio donde se apreciará, la aparición del primer hombre peruano y su rito de muerte, todos nuestros horizontes temporales, expresado en nuestras culturas pre Incas, Inca, colonia, república y múltiples formas mestizas; toda esta expresión da cuenta de una riqueza excepcional en la relación vida-muerte-otra vida, concepto muy poco señalado y visto. Este sería el primer museo con este formato y contenido en el Perú; ser museo de sitio, es una buena razón y además, categoría necesaria, para ser reconocido como patrimonio de nuestra ciudad y poder así sumar un atractivo turístico más para Arequipa, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La Puesta en Valor del Cementerio general de la Apacheta; da partida a una serie de trámites y requisitos por cumplir, en la perspectiva de hacer del CGA, Patrimonio Monumental. Es un trabajo que ya empezó y vale la pena continuarlo, porque nos permite rescatar este escenario, que está por cumplir su ciclo de vida para servicios funerarios y a la vez, poder cambiar su uso, ser un cementerio, solo para visita y encuentro con nuestro pasado, o sea, ser un museo de sitio y un museo a la memoria. El Proyecto de Puesta en Valor, ya se presentó a la Beneficencia y al Municipio Provincial, ya se ubicó espacios suficientes y adecuados, en Yura y Socabaya, escenarios estratégicos para futuros cementerios metropolitanos; todo fue pensado en la necesidad que Arequipa tenga ese nuevo servicio, al menos para los próximos 100 años, solo queda continuar lo que iniciamos, saber reconocerlo, tramitarlo y ejecutarlo.