jueves, 9 de junio de 2011

GOBIERNO CON INCLUSION SOCIAL

El marketing del crecimiento económico marcó a la  macroeconomía como un indicador de éxito;     temas  como   inflación, reservas, aumento del PBI, físico y monetario, estabilidad jurídica, etc., dieron  en los últimos años, una imagen  positiva de país;  razón más que suficiente para generar  inversiones y negocios en una economía que se ajustaba  bien al  modelo  hegemónico  en  este mundo globalizado,   donde   la competitividad,  puso  el sello   y  orientó  la ruta estratégica.
El triunfo del candidato Ollanta Humala, obedece entre otros conceptos a haber dirigido su discurso a los que no  tuvieron el beneficio de este crecimiento económico,  donde la reiteración  de una frase con todos los adornos y quejas,  marcó un discurso: crecimiento con inclusión social,  es de suponer  que  esa  será  la  esencia del  próximo gobierno.  En ese sentido, la pregunta sale de inmediato, como hacer una gestión que genere beneficio abierto y extendido, incluya y mejore, las  condiciones de vida a una gran mayoría de peruanos.
Creo que necesitamos como país, variar  rumbos;  ya se acabaron los temas electorales,   importa mucho el “como” hacer y  tener claro  visiones compartidas, como por ejemplo, la política fiscal, entre otros. Las inversiones en lo público, tienen que ver con infraestructura, equipamiento, servicios y coberturas; las privadas con desarrollo en sectores económicos productivos; estas dos opciones  tienen que ser compatibles, definiendo roles y estableciendo sinergias consensuadas. Las políticas sociales  son prioritarias en el reglón de la pobreza extrema, el mejoramiento de la calidad de vida es urgente; la educación en todos sus niveles debe de ser la estrategia del quinquenio. De otro lado, la salud debe de ser pensada en prevención-inversión, lo que posibilita  cambiar  viejos conceptos de enfermedad-gasto-curación;  finalmente, el empleo,  debe de basarse en capacidades, pensando en tecnología y competitividad. Para lo cual, sale la  siguiente  pegunta, como hacerlo.
Debemos de cambiar nuestra matriz productiva; la denominación clásica de país primario- exportador,  tiene ya que ceder paso a otras estrategias. Hay que perder el miedo al valor agregado, es cierto que  necesitamos  tecnología,  capacidades, capital,  mercados,  infraestructura, equipamiento, comunicación, articulación e integración.  Pero también necesitamos  propuestas de promoción e incentivos,  para sectores como la pesca, agricultura, industria, comercio, servicios, turismo. Las demandas internas y  externas nos han dado pautas  de un  aumento en el valor agregado por exigencia de consumo,  de otro lado, la oferta productiva, debe de importar menos   capital  y  fomentar más,  nuestras  capacidades y soportes tecnológicos;  teniendo  siempre como  objetivo  escenarios y mercados competitivos, tanto internos como internacionales. Generar las mejores condiciones para los sectores indicados,  ayudará muchísimo a dejar de depender del sector minero e hidrocarburos, que no solo genera importantes recursos, sino además conflictos y poco empleo.
Los  ingresos extraordinarios  derivados a combatir la pobreza y provocar inclusión social, deben de ser pensados en una tributación donde la presión tenga el equilibrio entre la base y la recaudación y además aumente,  por nuestro  mayor consumo, la renta se beneficia porque hay más  producción de riqueza generada y el canon perfilará mejor sus captaciones por explotación y usos fijados expresamente. La inclusión debe de ir propiciada desde otra matriz productiva, eso hará sostenible un  crecimiento con vocación de desarrollo.

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