Históricamente somos una ciudad de origen colonial, por lo que sus oficios, servicios y posteriores vocaciones, fueron diseñados para estar en el centro y pensar en él; así encontramos a Arequipa en su cuarto centenario. Dos terremotos sucesivos marcaron ciertos derroteros respecto del crecimiento de la ciudad, los migrantes dieron también su aporte, definiendo las vías de ingreso y salida a la ciudad, pasamos de Chiguata a Yura. En términos poblacionales, tenemos claras tendencias de crecimiento urbano hacia el cono norte y cono sur, Los distritos que definieron sus fronteras con las faldas del Misti marcan ya el fin de un proceso de urbanización de tipo horizontal. De otro lado, la vocación de ciudad se fue dando a fuerza de inercias y no como producto de un adecuado planeamiento; las zonas dormitorio, servicios, comercio, producción, fueron decantándose a costa de reducir espacios de campiña y ganarle altura a la parte baja de cerros. Hoy nos encontramos con una ciudad con más de 900 mil habitantes en la provincia; y que en los últimos años y sobre todo el último, ha tenido un crecimiento espectacular en el sector comercial y servicios, aparte de lo eminentemente turístico; también, encontramos a un parque automotor con más de las 100 mil unidades, de los cuales cerca de un tercio son de servicio público de pasajeros. A simple vista, tenemos una ciudad más acelerada en su economía urbana, pero lenta en sus desplazamientos.
Somos una ciudad que por el medio pasa un rio y esta división física no ha jugado para nada a favor respecto de un buen manejo de flujos; el casco urbano y lo que está encima de él, nos marca la evidencia de los encuentros y desencuentros funcionales. Una ciudad que se la deja sola en su crecimiento y desarrollo, puede que no lo haga de la mejor manera, contrariamente, si es observada, planificada y orientada, tiene una mejor disposición a ser vivible en términos humanos. En Arequipa, vemos que ha crecido la población, el parque automotor, su economía, servicios, consumos, etc.; pero lo que no ha crecido ha sido su infraestructura y equipamiento; una red de puentes sobre el rio, hace que cumplan funciones de facilitador de flujos, de hecho, también importa la mejora de los existentes. Entendemos que los puentes internos de ciudad, pasos a desnivel, mejoramiento de calles y avenidas, nuevas vías; contribuyen decididamente en el diseño y construcción de anillos viales, porque facilitan y mejoran los flujos; así también, son necesarios los evitamientos periféricos, como también poder usar causes de torrenteras. Todo este trabajo físico en la ciudad, relacionado con su dinámica social, económica, productiva y servicios; objetivamente le da soporte sostenible y permite hacer de ella, un espacio vivible y funcional. No creen que, arreglado y resuelto el espacio público por donde fluyen todos, recién se norma y regula los flujos de transporte público de pasajeros, tanto del masivo como el sistema taxis; recién se puede sacar a licitación rutas que tengan sentidos de origen-destino de usuarios, recién pueden decidir invertir en semáforos inteligentes, en paraderos, estacionamientos; así también en las funciones reguladoras y seguridad a cargo de la Policía de tránsito; además, de tener claro que, el equilibrio entre la oferta y demanda, debe de dar un costo real de pasaje urbano. Finalmente, todo parece indicar que el orden de las cosas y situaciones que la relacionan, estaban alterados; de allí se entiende porque tantos años con lo mismo y nada de solución; por favor, alguien nos puede llevar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario