Hablar de nuestra
ciudad, de los espacios públicos, su paisaje urbano, puede resultar
sorprendente por donde se le quiera ver. Este no es tema solo de arquitectos o
de otros especialistas en temas urbanos; solo quisiera apelar a su sentido
común y así poder entender lo que nos está pasando. “Arequipa se está volviendo
insufrible porque está siendo atentada paulatina y constantemente”.
Una rápida
evaluación nos indicaría que estamos sometidos a un estrés marcado por la prisa
a sabiendas que somos una ciudad lenta en flujos, crecemos y crecemos
poblacionalmente, pero cada vez somos más anónimos y desinteresados; la multiculturalidad
y diversidad se evidencian como indicadores claves de una convivencia
desbordaba e intolerante. Tenemos un alto nivel de contaminación sonora, visual
y de emanaciones toxicas, para colmo de males, hacemos mal uso del espacio público
por actividades económicas, transporte público y privado, así como una conducta
inadecuada como peatones.
Porque me pase la
luz roja del semáforo. Gigantografías, paneles elevados, bambalinas, carteles y
cuanto elemento publicitario exista de forma, tamaño y denominación, ha sido
sembrado en nuestra ciudad, aquí nada se escapa, trátese de pisos, jardineras,
techos, paredes, postes, puentes, etc.; “todo está siendo usado como espacios
publicitarios”. Ojo, si nos demuestran que el ingreso de los Municipios es
importante por alquilar esos espacios y servicios, trataré de entender; contrariamente, si es menos del 1 %, de su
presupuesto, no hay razón para malograr nuestro paisaje urbano. Por cuatro
soles no vale la pena contaminarla visualmente, precisamente por estar tapando un semáforo, me pase la luz
roja, no lo vi y tengo sentimiento de culpa por lo ocurrido. Necesitan innovar
estrategias publicitarias, no es justo, ¡Recuperemos Arequipa!