viernes, 20 de marzo de 2015

UNA MESA DE DESARROLLO PARA ISLAY




Nuestra democracia participativa, planteada sobre la base de una normativa, y no necesariamente  sobre buenas costumbres, nos indica  que  disponemos de  instrumentos de “gestión participativa” a nivel de ejercicio ciudadano; para el caso nuestro tenemos: presupuestos participativos y licencias sociales. Una tiene que ver con la gestión de gobierno regional y local, la otra con propuestas de inversión.
Hemos aprendido que mejor es prevenir que lamentar, traducido en gestión pública, necesidad de tener una política referida a  prevención de conflictos, que  solución de los mismos; en ese sentido, la estadística es larga y da cuenta de muchas  inconsecuencias;  mejor  es  verlo desde lo técnico, pero siempre  se lleva  al tentador terreno de la política, donde no hay costo-beneficio, tan solo, a ver que sale o saco. Otro indicador clave; “es  su competencia y no la nuestra”, no tenemos  nada que ver; decirlo así no es  aconsejable, competencia o no, obliga a hablar y referirse al concepto de territorio, o sea, “si  compete por visión y desarrollo del espacio-territorio nuestro”.
Finalmente, una mesa de desarrollo para Islay tendría que contar con los siguientes actores: GRA, MP. de Islay, M. Distritales,  representación de trabajadores en producción y servicios,  representación de empresarios en producción y servicios, representación de gremios en producción y servicios, de ser necesario para casos especiales, el Gobierno Nacional a través de su Ministerio respectivo, así como, Instituciones u organizaciones debidamente legitimadas por lo que son y lo que representan. A esa “mesa de desarrollo territorial” hay que darle todos los elementos y condiciones, y lo que en ella se decida,  será legitimado por lo que es y representa, nadie se impone. Palabra mágica, consenso.

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