viernes, 21 de noviembre de 2014

EL GRAN PARQUE ZONAL





No meses, años atrás, en esas mapeadas de ciudad e ilusiones urbanas,  con mi amigo el arquitecto, desarrollamos la idea de cómo poder cambiar de uso, toda la extensión del cuartel Salaverry, en tanto que,  aparece como una “cuña” en el paisaje urbano de esa zona. Confieso que lo pensamos más en términos de mejora de flujos para el sistema de transporte público de pasajeros, había que bajar y volver a subir, tema complicado, pero, por ahí empezó esa ilusión urbana.
El tema de flujos para transporte lo fuimos mejorando y salió la propuesta de hacer del cuartel Salaverry, el “Gran Parque Zonal de la Ciudad”, si, 184 hectáreas dedicadas a área verde, recreación, cultura, parques temáticos, salud preventiva, etc., etc. Veíamos que clubs privados tenían espacios, pero, juan pueblo, multiplicado por miles no, además, lo que menos tenemos en proporción urbana, son parques, así de simple.
Leyendo el Correo del miércoles, respecto de la noticia de los terrenos del cuartel  y el compromiso del entonces candidato Zegarra a la reelección, me llamó la atención y recordé lo mencionado líneas arriba. El Dr. Zegarra, al parecer comprometió bienes del Ejército sin su consentimiento, para pretender favorecer a un grupo de "necesitados de vivienda". Existe una ordenanza municipal que dispone de lo ajeno y eso no creo que sea correcto.  Creo que los arequipeños tienen  derecho de aspirar a una vivienda, y no unos cuantos, tal como señala la nota.
Dr. Zegarra, hoy reelecto Alcalde, creo que el millón de habitantes de esta ciudad, le agradecerán eternamente, si anula la ordenanza y  propone una alianza estratégica con el Ejército, regalando  a Arequipa, el Gran Parque Zonal.


PENSANDO EN GOBERNABILIDAD




Recordemos algunos conceptos claves para el ejercicio de ciudadanía y ejercicio de gobernante, son criterios útiles  para un mejor manejo y mejor toma de decisiones. Los escenarios no son  expresiones  de coyuntura, son construcciones que llevan en sí todo un proceso que  el tiempo les fue marcando  rumbos. El escenario se piensa, planifica, se ejecuta y  se evalúa. El escenario requiere de todo un sistema y estrategia de gobernabilidad, donde el principio de autoridad pasa por la hegemonía en el uso de poder y la legitimidad de sus acciones; donde  gobernantes y gobernados, son una unidad en lectura de democracia, que tiene que ver con representación y participación; donde las  acciones,  desde la ciudadanía y  gestión gubernamental, sean expresión de un verdadero y sostenible ejercicio democrático.
los escenarios se construyen, tan igual como construimos ciudadanía, hoy podemos ver que los escenarios han generado agendas  que aspiran y reclaman participación en formulación y decisión de actos y hechos importantes; en tal sentido, existen  mecanismos e instrumentos  como,  presupuestos participativos, licencias sociales y consultas previas, que son parte de una  estrategia  referida a democracia participativa. Pero, la construcción de país pasa también por generar consensos y acuerdos y no es cuestión solo de quedarse en discurso, sino además, tener acciones  y  resultados concretos; la intolerancia, tiene que dar paso a la confianza; por lo tanto, la gobernabilidad de los escenarios, pasa por construir agendas compartidas sobre la base de visiones compartidas. Los temas de gobernabilidad y agendas, deben de ser consensuadas y priorizadas, ese es un camino seguro. Pensar en la gobernabilidad, nos lleva a pensar en la gobernanza; nos es un trabalenguas, es una realidad, hagamos y exijamos.


viernes, 7 de noviembre de 2014

ASUMIENDO RESPONSABILIDADES




Cómo, para qué y porqué, debemos de asumir “responsablemente” nuestra responsabilidad social.  Lo podemos ver desde el Estado, la empresa,  o  desde la población, sea a través de formas organizadas,  o simplemente, ejercicios de ciudadanía; lo cierto es que la R.S. es un concepto  de valor,  poco internalizado y consensuado, aun.
La R.S. necesita de herramientas aplicables, sea en la empresa privada, entidades del sector público, como organizaciones de tipo social, económico o político. Se necesita tener claro los códigos de ética, las estrategias y políticas a ejercer, las certificaciones de tipo ambiental, social, productivo, etc. Habitualmente, podemos ver percepciones de lo más curiosas y antojadizas respecto de temas y situaciones que tienen que ver con asumir responsabilidades. Reiteradamente se pretende siempre, “echar la culpa” al Estado, la empresa o a alguien en particular, esto parece un deporte nacional; pero lo cierto es que hay poca  confianza y transparencia, poco dialogo, más  conflicto y confrontación. Quizás,  estos  indicadores y otros más,  sean la expresión de una mala práctica que tenemos de la  responsabilidad social.
La R.S. necesita de instituciones fortalecidas para  poder así generar y tener, adecuadas condiciones para una  gobernabilidad que legitime acciones, pensado y articulado en las capacidades y modelo de gestión. Una campaña política como la presente,   tiene que ser asumida responsablemente; el ¿Qué?, se tiene  identificado, el ¿Cómo?, aparece como una necesidad, no  necesariamente de los candidatos, sino, de los electores; aquí  la  “responsabilidad social electoral”, está marcada en la perspectiva de cómo llevar a cabo planes de gobierno y propuestas  claramente  validadas. En ese sentido,  hay que asumir  responsabilidades, los candidatos con una oferta creíble  y los electores con un voto responsable.