jueves, 27 de junio de 2013

LA LEY UNIVERSITARIA


La anunciada Ley Universitaria, debe tener como uno de sus objetivos,  pretender  “acreditar”  la enseñanza superior en nuestro país. Veamos algunos conceptos: “la sociedad  manifiesta sus requerimientos laborales, productos y servicios, a través del mercado.  Nuestro territorio, de lo más diverso y rico en recursos, necesita un  manejo y gestión responsable. La  realidad  social,  económica,  productiva, la calidad  de vida,  cultura,  identidad,  etc.,  expresan una dinámica que necesita estar sintonizada a un conjunto de propósitos y  emprendimientos…..”.  Lo señalado muestra escenarios de una realidad, que si lo relacionamos con el quehacer universitario,  lo único que se quiere es  una nueva ley  haga posible que nuestras Universidades,  asuman y cumplan su rol y responsabilidad.
La Universidad en términos de capital humano, está conformado por estudiantes, docentes y administrativos;  para el caso de estudiantes,  se  hace  selección de  postulantes  porque es  más la demanda que la oferta instalada;  puede haber selección   desde  fuera  o  desde  dentro, es  cuestión de  costo-beneficio. La infraestructura  universitaria tiene que ver con componentes completos y adecuados  para así poder dar una formación acreditada;  el equipamiento: aulas,  talleres, laboratorios, centros de aplicación, etc., dan  el  soporte requerido;  pensar  solo  en  “aula, pizarra, plumón,  carpetas, alumnos y docente“,  no va de ninguna manera. En otra mirada,  la universidad  tiene funciones  de docencia,  investigación,  promoción, servicios y producción,  pretender hacerlo implica: capacidades, infraestructura, equipamiento,  planes,  proyectos, estrategias,  objetivos, metas;  tanto  para  el  trabajo interno como su presencia y posicionamiento en un  mercado competitivo. La universidad,  tiene que  ejercer  su  “responsabilidad social”,  para lo cual requiere lo necesario y no mínimos, esa es una condición para poder  aportar   como un actor  importante  en el área formativa de nuestro país. De otro lado, deberíamos   exigirle  al  Estado, que  las concesiones  de nuevas  universidades  pasen,  no  por  tamices  mínimos,  sino por exigencias mayores;  en ese sentido,  las universidades  deben  tener capacidad  para  generar  recursos propios,  no  solo por servicios educativos, sino por  producción,  servicios e investigación, destinando “recursos” con  justa razón a  formación, investigación, equipamiento, infraestructura y proyección social;  finalmente, la Universidad no  debe tener el  sello de  “ autoridades”   sino  de un empoderamiento  institucional.
La Universidad Pública necesita tener una rectoría, hoy no depende de ningún sector; su escenario natural es  Educación;  hay que mantener la  “autonomía”, sí, pero sin confundirla con “autarquía”; la nueva “Superintendencia…. tiene mucho que ver”,  se necesita  reglas claras que tomen en cuenta un enfoque sostenible y sustentable, obligado requisito para generar una “Institucionalidad Académica”, tan venida a menos por “remaches” y agotamiento normativo, hecho  que facilitó y posibilitó, malas estrategias y manejos. El país necesita formación acreditada para su crecimiento y desarrollo, los universitarios necesitan asumir sus responsabilidades, el Estado debe generar condiciones para una Ley Universitaria acorde a una sociedad con mejores capacidades, finalmente, la empresa privada es un buen aliado estratégico, creo que todos nos necesitamos.

miércoles, 19 de junio de 2013

EL SERVICIO PUBLICO EN DEBATE.

Recordemos que con la aparición del Estado, todas las formas económico-sociales han conocido la intervención y la propiedad pública del Estado,  han conocido también al mercado. No hay, ni habrá, sociedades que no vean la coexistencia de Estado, propiedad pública, propiedad privada y mercado. Las sociedades han visto nacer, crecer y desaparecer diversas concepciones sobre lo que es público y lo que es privado; todas han oscilado tratando de entender, qué parte de lo público debía ser privatizado, y qué parte de lo privado debía ser estatizado. Todo el concepto aludido, forma parte de la historia del Estado en su expresión de servicio público, allí aparece la denominación de servidor público.
El servicio público visto en versión nacional, nos lleva a identificar a una parte del Estado dedicado a los “servicios”; no es la intención hacer el análisis y evaluación de todos los trabajadores del Estado Peruano, queremos dar cuenta de los que tienen “contacto directo” con el conjunto de la población, llámese, educación, salud, seguridad, justicia, servicios públicos.  Anotemos un primer indicador de servidor público, la formación, y si nos referimos a profesores de colegio, docentes universitarios, médicos, enfermeras, abogados, etc. vemos que el común denominador de todos ellos es su “formación profesional”. Allí el Estado debe de tener el cuidado y obligación de contar con el concurso de personal necesario, capacitado y acreditado,  todo en función de una obligada “meritocracia”,  concepto muy útil, pensado para los servidores públicos.
El Estado, con sus servidores públicos, hay que verlos también desde  las capacidades, méritos, responsabilidad de función y responsabilidad social, aquí las “escalas remunerativas” entran en terreno muy sensible. Es cierto que hay una deuda histórica respecto de las remuneraciones en su relación con status, rol y calidad de vida. Es cierto que el Estado ha sido usado por todos los Gobiernos en función, de ser un “botín laboral”, llegando a incorporar más empleo que el mismo sector privado; hecho que desconfiguró totalmente el equilibrio laboral, visto desde el costo-beneficio, responsabilidad y cobertura de servicios. Creemos que el  Estado nuestro, necesita ser reformado, mejorado, cambiado y en algunos temas mantenidos, aquí hay acuerdo. Es correcto decir, todos los Gobiernos han burocratizado el Estado, como también, que el Estado necesita de técnicos y profesionales capacitados y acreditados; por lo tanto, queda decir, ¿Qué hacer? El Estado necesita tener su organigrama funcional definido en función de su responsabilidad, cobertura, capacidad y competencia; lo eficiente y eficaz no debe de ser ilusión sino una realidad; ¿será posible hacerlo?  
El servicio público, visto por el lado remunerativo, las escalas y  carrera pública,  requiere de responsabilidades y resultados. El servidor público debe de ser remunerado por capacidades, eficiencia, méritos y competencia. Lo privado, lo público y el mercado, deben de asumir sus responsabilidades, cambiemos viejos conceptos de Estado y servidor público.

jueves, 13 de junio de 2013

EL OTRO COLCA


La provincia de Caylloma, tiene en sí, una geomorfología que le ha  determinado formas de vida, economías, producción, recursos, cultura,  muy diferenciadas. El valle del Colca fue una despensa (denominación toponímica), su clima, formación geológica amoldada a necesidad, la orientaron a ser abastecedora de productos a escalas manejables.  
El valle del Colca, tiene en si elementos que le han definido parámetros más impuestos que propuestos por ellos mismos. Ser un valle de lectura turística marca su importancia. El valle del Colca es: agricultura, ganadería, pesca, minería, flora, fauna, música, danza, folklore, historia, habitad singular, etc. En términos turísticos es CULTURA VIVA, no solo VALLE,  no solo CAÑON. El valle del Colca es un destino turístico, que es una suma de recursos, atractivos y elementos dinamizadores.
En términos de costo-beneficio, el valle no ha tenido  mejora en su calidad de vida, los indicadores básicos así lo marcan. El gobierno  distrital y provincial, el regional,  incluso el nacional, descuidaron el valle, so pretexto de que el turismo era la llave maestra de su crecimiento y mejora de condiciones, por lo visto nada.  No es mejora, es cumplimiento, haber colocado energía  eléctrica, por ejemplo.
El valle del Colca necesita diseñar su plan de desarrollo, sin el condicionante del turismo, veamos indicadores: Recuperación y mejora de sistemas de andenería, micro canales de regadío, mini  represas para regadío en partes altas para margen derecha e izquierda, mejoramiento de ganado y genética de vacuno y camélidos, cartera de cultivo tradicional con sistemas mejorados, reforestación de partes altas para evitar erosiones, desarrollo de piscigranjas de truchas, cultivo de productos  no tradicionales alternativos que tienen buen rendimiento  en ecosistemas parecido al  valle, generación de cadenas productivas para dar valor agregado a productos locales, capacitar a locales  en alternativas complementarias en  manejos de flora y fauna, fomentar una  política de recuperación de una cultura propia a través de escuelas y asociaciones, generar alternativas de gestión termal.  También, mejorar sistema de recojo y destino de residuos sólidos, mejorar la cobertura de agua y desagüe, mejor gestión en salud y educación, además, un largo etcétera. En términos funcionales, el turismo como actividad económica en un destino como el Colca, se sentiría enormemente beneficiado por acciones de competencia, local, provincial y regional que estén estrictamente relacionadas con  su habitad. En el valle hay temas más específicos, latentes y manifiestos, como son la extrema pobreza y pobreza, la migración de jóvenes,  desigualdades y exclusiones, esto y mucho más, no tienen luz  de inicio de solución  por la vía del turismo.
El poblador no puede vivir de la propina del turista, el poblador no puede vivir de lo que Autocolca cobra al turista por ingresar al colca, el poblador no puede vivir de lo que generan los establecimientos dedicados al turismo en el  Colca, el poblador tiene que vivir y mejorar su condición de lo que  siempre ha hecho.



UNA VARIANTE PARA RATO, prohibido quejarse.

Hablemos de “obras” que comprometen el transporte de la Ciudad, comprometen las vías de acceso y salida, comprometen al sector público,  por la asignación presupuestal así como la gestión de obra; señalamos estos indicadores  pensando en malos ejemplos; en Majes-Siguas II,  primero se hizo el proyecto y después el balance hídrico, curioso no. Se quiere arrancar apresuradamente 5 km de la nueva autopista de la Variante, pero, parece ser que no se cuenta  con una buena evaluación técnico-económica y de impacto, así como el Plan de Obra, todo esto puede implicar riesgos innecesarios.
Necesitamos manejar algunos conceptos necesarios para entender la dimensión de la obra de la variante de Uchumayo, veamos: No es muy es serio, restarle  importancia a  los efectos colaterales de las obras,  para colmo,  la “prueba en vacío”, puso en evidencia  que no se tiene un plan de obra. No es responsable  tener el presupuesto incompleto de lo que es el costo de la obra y además, ofrecer ejecutarla en 18 meses. Las fallas en el sistema de “administración directa”, no  asegura  cumplimiento de metas. Como entender una autopista de 8 carriles con un zanjón al centro, cuando en sus extremos tiene “embudos” tan estrechos como el puente San Isidro y la continuación de la Variante;  los mismos cuellos de botella, lo vemos en el puente Chilina, con sus extremos en Miraflores y Cayma. Porque iniciar urgentemente una sobredimensionada variante para 8000 veh/hr., cuando la “abandonada autopista Arequipa-La Joya”  tiene la misma capacidad vial, siendo objetivamente una solución, incluso para la interoceánica. Porque se pasan por encima del Municipio Provincial violando el Plan Director, insistiendo con una propuesta no considerada y  costosa; el mismo Plan Director, señala el perfil vial aprobado para esta vía metropolitana, cuya remodelación no pasa de 40 millones de soles.   Que virtudes tiene la nueva autopista de la variante que cada kilómetro va a costar 16 millones de dólares, cuando un kilómetro de pista nueva cuesta aproximadamente, un millón de dólares. Como se piensa recuperar los 56 mts de ancho que correspondiendo a la Variante, actualmente, están en poder de 130 “avanceros”, muchos de los cuales tiene título de propiedad y hasta han construido con licencia Municipal. Vale preguntarse, Tendrán  un Plan de obra que mostrar, para así poder asegurar, que van a ser 18 meses de ejecución como lo señalan, además,  de tener asegurado el 100% del presupuesto.

Se han puesto a pensar que la vía de Tiabaya (Cerro verde),  es utilizada actualmente, pero no soporta tránsito de vehículos pesados, porque sus  pendientes son excesivos. Se han puesto a pensar porque no se culmina la autopista  Arequipa-la Joya; estas dos vías, en pleno funcionamiento,  serían ideales y así podrían cerrar la variante, el tiempo que quieran.

¿Cuánto tiempo demanda hacer el puente que falta de la autopista la Joya?, obviamente que es mucho menos de lo que va a demorar toda la variante, por lo tanto suena bien, lógico y racional, hacer dicho puente y así, tendríamos dos vías, una alterna y la otra principal  para salir e ingresar a Arequipa.




miércoles, 5 de junio de 2013

CENTRO HISTORICO EN PELIGRO


Al centro de la ciudad, llamado Centro Histórico, nunca lo he visto tan apretado, congestionado, estresado, violentado, inseguro y  maltratado;   era de esperarse  la invasión  de  taxis; dicen ellos  que no quieren ir,  pero  igual van,  la pelea no es recoger, sino, dejar al pasajero. Es alarmante darse cuenta que el centro tiene 23 entradas y sólo 10.5 salidas,  por lo que “fácil” es entrar,  pero  complicado “salir”; finalmente, lo dicho  no es  un tema para semáforos y ¿policías?,  sino,  encontrar el equilibrio de los flujos que permita un adecuado y racional uso del espacio público, nuestro  centro histórico lo necesita.
El Centro, visto desde la lectura de paisaje  urbano, necesita tener peatones, obvio; vemos el corredor  peatonal de la calle Mercaderes  en un uso muy intenso;  para el caso,  habría que evaluar la posibilidad  de hacer otros corredores peatonales  para que tengan  flujos  turísticos, de servicios o diversión; todo  en  la  idea  de que  los peatones, llamados  “usuarios”, tomen  posicionamiento de parte del Centro Histórico, y  no,  taxis  y posibles unidades del S.I.T. Mi abuelita me decía que en el Centro, eran claves para todo,  la calle Mercaderes que viene desde San Agustín, pasa por Octavio Muñoz  Najar, continúa por Paucarpata,  Lambramani, Pizarro, hasta Chapi. Y también la calle San Juan de Dios, que viene desde bien arriba, baja  por Jerusalén, llega a  Salaverry  da una curvita y  continúa para  empalmar  con la Venezuela.
Recordemos algo;  el Misti Bus, iba a recorrer: Bolívar-Sucre-Salaverry-J. Chávez-Goyeneche-Ayacucho, la idea de los operadores del Misti Bus era apoderarse de este "cinturón de alta rentabilidad" ocupado  por las vetustas “combis”, desplazando a estas  unidades  más afuera. Ahora,  necesitan asegurar y  "ganar la nueva licitación", para el Arequipa-BUS, obvio, la idea sería  darle  la máxima rentabilidad, pero, para que eso suceda, tiene que pasar por el mismo centro de la ciudad (otra ruta), o sea: Jerusalén-San J. de Dios  ida y vuelta....  en términos gastronómicos se diría simplemente, provecho. Total que importa si nuestra patrimonial ciudad  queda dividida otra vez en dos (el Chili ya la tiene dividida en dos). Ante esta posibilidad,  la Superintendencia del Centro Histórico, la Dirección Regional de Cultura, el Colegio de Arquitectos, etc., están más ocupados en querer declarar La Chicha de Jora, como Patrimonio Universal, que querer proteger a la Declarada, Patrimonio Cultural de la Humanidad  de todo impacto, con riesgo además, de perder su denominación.
Se imaginan ustedes peatonalizar todo el corredor de la calle Santa Catalina hasta la Plaza de armas, sabiendo que es muy usado turísticamente, agregando, por supuesto, todos los elementos para cambiar ese paisaje urbano; total, el corredor Bolívar-Sucre, quedó en el intento. Los usuarios ciudadanos de Arequipa, reclamamos el Centro Histórico para vivirlo, no dejemos que buses y miles de taxis lo hagan por nosotros. Tan difícil es planificar una ciudad.

sábado, 1 de junio de 2013

LA CONSTITUCIÓN,



Una definición básica de la Constitución se refiere a ser  la ley fundamental  de  la  organización del Estado;  se  le denomina  también  carta magna, porque  reposan en ella los pilares del derecho, justicia y normas de un  país; la Constitución  basa su rol funcional  en el control, regulación, defensa y organización,  para este  último componente, el  énfasis  son  los  poderes  e instituciones  públicas;   tiene además,  principios irrenunciables  que  se basan en  lo jurídico, político, social y económico.  El Perú  da cuenta de  doce constituciones en  toda su vida republicana;  hoy  nos encontramos en la  siguiente controversia,  para  un  sector,  la actual  ley de leyes  debiera de cambiarse, y para otros, la anterior debiera de recuperarse. En fin, desde mi  perspectiva como Sociólogo intentaré descubrir  la madre del cordero respecto de su debate.  
El constitucionalismo  peruano, basado en la vigente Constitución y anteriores, nos permite entender cuáles son los principios fundamentales, sus ideales, implicancias e imperfecciones; pensar en  una  Constitución por los siglos de los siglos amen, no juega;  en tenerlas cada vez por antojo de los gobernantes de turno,  por acomodo o desacomodo de intereses, tampoco. Quizás  valga la pena intentar una construcción conceptual que ayude, en primer lugar, a los ciudadanos peruanos a entender  en  qué  consiste  todo este debate  sobre  cambio,  reforma,  referéndum  constitucional  y demás  anhelos  políticos; y en segundo lugar,  a la sociedad política, tener claro que necesitamos tener una Constitución que permita construir país, sobre bases solidas.
Las  Constituciones  muestran  una variada tipología  acorde a condiciones  y características de país,  para lo cual  se  necesita entender procesos; todo lo  hecho, visto y actuado,  marca el necesario antecedente (pasado),  la  coyuntura como punto referente de todo proceso,   nos indica el escenario de  país (presente),  y  la  perspectiva de  nuestra sociedad cobra demasiada importancia en  la construcción de una propuesta constitucional (futuro).  En las tipologías constitucionales,  tenemos las de tipo racional-normativa, que nos indican que a partir de actos voluntarios  (democracia con procesos electorales), se puede  regular  la dinámica de la  sociedad, porque se impone un comportamiento y se pretende dar competencias a los poderes públicos desde una óptica distributiva en la idea que la optimice.   También hay propuestas de tipo histórico-tradicional que se basa en la costumbre como fuente y no la ley, el derecho consuetudinario basa su sentido en esta forma. De otro lado, poniendo énfasis en lo social, tenemos a las que basan  su accionar  en la  regulación  el Ser, y  otros que  pretenden  poner   el  énfasis  en el  Deber Ser;  hay  también las decisionistas, que consiste en la voluntad de crear a partir de la Constitución un modo de gobierno;  finalmente,  lo que piensan que la Constitución debería ser el “súmmum” de la realidad social  como  una  expresión suprema de condición de país.
La Constitución a partir desde su definición,  historia y  tipologías, necesita   encontrar el   escenario marcado en la perspectiva de construcción de país.  Necesitamos minimizar  componentes  del pasado, seguir insistiendo con mucha vehemencia en nuestro variopinto pasado, nos hace padecer angustias  crónicas; establecer una línea de base que dé cuenta real de lo  que somos  en  todo el espectro,  nos debe de dar una buena lectura presente, y obviamente, la construcción de país pasa por la visión que tengamos, reconociendo condiciones innatas nuestras.  Necesitamos socializar lo que realmente somos: un país con regiones naturales que marcan  y definen espacios con denominaciones genéricas de costa, sierra y selva;  no bastando esa diferencia, le agregamos otra configuración, el norte, Lima, el sur y Oriente. Todo el colorido étnico lo encontramos a lo largo y ancho de nuestro territorio en formas propias y fusionadas con migrantes  de  varias generaciones atrás. La lengua va desde el español, quechua, aymara, dialectos y regionalismos importantes, como los arequipeñismos. Lo urbano y rural tiene sus propios  distingos, de haber  sido un país eminentemente rural (censo de l940) a ser un país urbano (censo del 2007); en lo social, las clases, estratos y segmentos han variado sustantivamente, hoy los designamos de la A a la F.  Las creencias religiosas con más o menos énfasis en sincretismos generan una cosmovisión, que tiene lecturas desde el folklore, cultura, subculturas, etc. La economía de país enfrenta su historia desigualdad y desproporcionada, no solo en posesión, pertenencia, patrimonio, ingresos,  sino además de oportunidades; reflejo de todo lo dicho es la expresión de lo social y sus diversas expresiones en el campo de la política. En la economía de producción, reiteramos  la conocida afirmación, que somos un país de diversas  riquezas naturales y que nos han  marcado mundialmente como país primario exportador; no hemos alcanzado desarrollar áreas de transformación para ir dando valor agregado a nuestras materias primas, tenemos más vocaciones destructoras y depredadoras que de preservación del medio ambiente. Somos complicados en ponernos de acuerdo, la intolerancia y desesperación son parte de nuestra personalidad, no hemos intentado, creo que nunca, hacer una cruzada nacional  sostenible de generar elementos, componentes, tanto ideológicos como  materiales que procuren construir una identidad nacional que  permita afirmarnos  la vía para ser una nación. Nos cuesta entender conceptos como acuerdos, consenso, mayoría, interés nacional, ciudadanía, etc. Esta apretadísima síntesis de lo que somos, es el escenario para empezar a pensar en país integrado y articulado, es el escenario para pensar en sinergias, en propósitos,  en crecimientos con caminos dirigidos al desarrollo. Seguimos siendo  un país pobre, con pobreza extrema además, un país con héroes de combates  y batallas perdidas, que le encanta siempre mirar hacia atrás y le cuesta entenderse y pretender mirar  hacia adelante. Somos un país que va dejando de ser  joven y empieza a tener más componentes mayores, en fin, hay más que decir, pero dejémoslo ahí.
La  Constitución anhelada por los políticos, en la idea de tener  su  escudo  protector, dista mucho de la Constitución anhelada por los ciudadanos, o  por la fuerza laboral del país,  por los empresarios, o los constitucionalistas. No suena racional e inteligente hacer Constituciones  a gusto del cliente, por coyuntura  o discurso  de campaña electoral;  la necesidad de  tener una Constitución,  va en el sentido  de ser  la expresión de lo jurídico, político, social y económico; y una manera de asegurar consistencia,  fuerza, y cobertura, es tener en su convocatoria a todo un espectro multidisciplinario, en el entendido  de ser  amplios conocedores  de lo que somos, tenemos,  podemos  hacer  y  lograr;  pensar que su construcción debe de ser la expresión de esos contenidos  por lo que representa, además, obviamente,  de ser plenamente aceptada, lo cual le da  legitimidad para su cumplimiento. La Constitución debe de ser un componente, como otros más,  que nos sirvan para pensar en país, crecer como país y desarrollar como país, con la perspectiva  de mejorar nuestras condiciones y calidades de vida; solo la Constitución no logra el cometido.